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España España · MADRID
Voto de Spark:
6
Fantástico. Musical. Aventuras Dorothy, que sueña con viajar "más allá del arco iris", ve su deseo hecho realidad cuando un tornado se la lleva con su perrito al mundo de Oz. Pero la aventura sólo acaba de comenzar: tras ofender a la Malvada Bruja del Oeste (Margaret Hamilton), aconsejada por la Bruja Buena del Norte (Billie Burke), la niña se dirige por el Camino Amarillo hacia la Ciudad Esmeralda, donde vive el todopoderoso Mago de Oz, que puede ayudarla a regresar ... [+]
18 de enero de 2024
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1939 tuvimos el primer largometraje sonoro (cortos ya hubo dos previos a la cinta de Victor Fleming: uno a imagen real en 1910 y otro animado en 1930. Mientras que largos mudos... tenemos el de 1925) basado en la primera novela infantil de las 14 que L. Frank Baum publicó sobre el mágico mundo de Oz. La cándida adolescente Dorothy (aka. Dorita) se ve atrapada en un tornado que le hace volar hasta el mágico mundo de Oz. Un mundo lleno de personajes unidimensionales (los acompañantes bonachones, la "bruja mala", la "gente pequeña", el "hada madrina" y demás) que por norma general presentan una mentalidad aniñada y bobalicona en el devenir de una aventura tan clásica como efectiva para todo espectador, no ya solo infantil, sino adulto amante de la fantasía audiovisual.

Y es que, a pesar de la simpleza de sus personajes y de que nos lleve por bastantes tópicos durante el devenir argumental, lo cierto es que presenta ciertos detalles simbólicos (el descubrimiento interior de la identidad o las alegorías ensoñadoras que tenemos las personas) que hacen un clic muy especial con el espectador, así como ofrece una cadencia activa en su relato (siempre están sucediendo cosas ya sea con mejor (caso de las metáforas mentadas o de la oda elegante que hace a su fantasía) o peor (cuando sus personajes dicen cosas tremendamente pueriles y mentecatas) fortuna, y eso dinamiza la experiencia cinematográfica). Filamentos lo suficientemente robustos como para realzar un conjunto que además también se eleva por su puesta en escena.

Pues estamos ante una película muy loable (y más teniendo en cuenta el año de su producción) a la hora de confeccionar sus decorados de estupenda imaginación (ojo al contraste entre las escenas de "vida real" y las del "mundo de Oz", y ojo al mimo en la composición de colores que tiene la ciudad de "la gente pequeña" en una época en la que el cine todavía las pasaba canutas a la hora de aplicar el color a las cintas, o a los efectos "especiales" del gran mago de Oz) y su vestuario y maquillaje perspicaces que llevan a escena las ideas de L. Frank Baum con suma vivacidad y singularidad (desde esa malvada bruja memorable en su estilismo pasando por las prótesis tan disimuladas del espantapájaros y el león cobarde (con una cola también muy mimada en sus movimientos)). Todo ello observado por la cámara de Victor Fleming ("Lo que el viento de llevó" (1939), "la isla del tesoro" (1934)) siempre con tino dentro del clasicismo de esta obra, ya que la cinta nos regala muchos planos recurso amplios de grúa con los que disfrutamos de esos variopintos escenarios con árboles parlantes y caminos de colores... sin dejar de lado unos planos medios más cerrados de lo habitual para que gocemos de la caracterización de estos habitantes de fantasía.

A esto se suma que sus intérpretes dan a sus reducidos papeles una simpatía tan natural como cómplice (desde Margaret Hamilton hasta Ray Bolger pasando por Frank Morgan, Billie Burke, Bert Lahr o Jack Haley, la verdad es que se nota que se lo pasan pipa con sus roles y eso se transmite con seducción al espectador) mientras que Judy Garland... aunque no ofrezca una interpretación tan natural y carismática como los secundarios que la acompañan... lo cierto es que tiene una voz asombrosa que nos deleita en el gran tema principal del film que resulta superlativo en su composición ("Over the Rainbow"). Pero no es el único tema musical que se torna memorable, el pegadizo "We're Off to See the Wizard" o incluso el cántico de los guardias de la bruja (Hamilton) o ese "Ding Dong!, The Witch is Dead" son tan irrepetibles como multitud de veces homenajeados en la cultura popular. El resto de canciones, si bien se olvidan nada más escucharlas, son acordes (valga la redundancia) con el tono jovial y ligero de la cinta y son aprovechados por sus actores con astucia (también tenemos en "El mago de Oz" unas coreografías que se llevan a escena por sus actores con gran dignidad aunque ninguno de ellos sea un Fred Astaire de la vida).

Con todo esto "El mago de Oz", y a pesar de (por norma general) reducirse en su desarrollo argumental a lo más básico y zoquete, nos regala suficientes alicientes tanto en su libreto como en su cinematografía, su música, su diseño de producción y sus actuaciones como para tornarse en un buen musical y en el mejor exponente en la pantalla sobre esta novela de L. Frank Baum. No me parece del sobresaliente nivel (con continuas canciones excelsas, actuaciones todas carismáticas y situaciones más multiversadas y espabiladas) de "Chicago" (2002), "Sonrisas y lágrimas" (1965) o "Mary Poppins" (1964), o si nos ponemos a comparar con musicales para toda la familia... "El mago de Oz" no le llega ni a la suela de los zapatos a las cintas animadas "El Rey León"(1994), "Coco" (2017), "La bella y la bestia" (1991), "Aladdin" (1992) o "Blancanieves y los siete enanitos" (1937). Y, aunque no es el desastre de "Cats" (2019), "The Prom" o "Annie" (la mala, la de 2014 no la de 1982). Digamos que se me pone a la decente altura de "La cenicienta" (1950), "Mamma Mia" (2008), "Hércules" (1997), "La sirenita" (1989), "Frozen II" (2019) o "Encanto" (2021). Es una cinta recomendable para el público más peque de la casa y el cinéfilo más aficionado al cine clásico o al género fantástico y/o musical. El resto solo se pierde un par de temas musicales que puede escuchar de forma separada.

Lo mejor: Me quedo con la banda sonora y los personajes de Margaret Hamilton y Bert Lahr tanto en su actuación como en su caracterización.
Lo peor: Voy a decir que Garland sobreactúa en bastantes escenas.
Spark
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