La mayor parte del público cinéfilo se pregunta (y no sin razón) si era necesario volver a narrarnos los orígenes de Hellboy (protagonista superheróico de las viñetas de Dark Horse) así como algunos de sus lances iniciales como cazador de supervillanos sobrenaturales (siempre, tanto en los cómics como en sus adaptaciones cinematográficas, basados en las mitologías clásicas (por las páginas de Hellboy pululan leyendas eslovenas (Gruagach), británicas (Merlín, Morgana, el Rey Arturo), bíblicas (desde seres como Behemoth hasta conceptos como el infierno), etc. o bien criaturas con trazas de figuras de fantasía literaria (elfos, faunos, etc.))). Pues Guillemo Del Toro y su equipo ya llevaron a este curioso personaje y su fascinante universo a la gran pantalla de manera realmente notable.

Y es que era y es casi imposible superar tal dechado de virtudes cinematográficas expuestas por Del Toro y compañía (que, si bien en sus dos entregas nos expusieron unos guiones algo usuales pero gustosamente descarados en su comicidad, la puesta en escena tan portentosa, artística e imaginativa colmaba al relato de admiración por parte del espectador), y muy muy difícil tan siquiera igualar a "Hellboy" (2004) o "Hellboy: El ejército dorado" (2008). Así que las probabilidades ya estaban en contra de este "reinicio" del personaje a la hora de salir perdiendo en comparación a los largos anteriores. Y la previsión se confirma: este "Hellboy" es peor que el de 2004 y mucho peor que el de 2008.

Tampoco es que estemos hablando de un mal film ni mucho menos. Pero es como si comparáramos el "Batman" (1989) de Tim Burton con "El caballero oscuro" (2007) de Christopher Nolan. Está bastante claro cual es el mejor largo, pero eso no hace del Batman de Burton una mala experiencia cinematográfica. Eso le pasa a este "Hellboy", ya se tengan en cuenta los films del Del Toro o no (en mi caso no quise que se me empañara el visionado de esta versión y la ví antes que las cintas de Del Toro, y aun así mis notas se mantienen: "Hellboy" (2004) 7, "Hellboy: El ejército dorado" (2008) 8, "Hellboy" (2019) 6), este "Hellboy" da un entretenimiento ajustado, funcional y aseado... sin pasar a la historia con ninguno de sus elementos cinematográficos, sin traspasar géneros, y olvidándose de la memoria de la audiencia de forma expedita.

Así que no, no era necesario este reboot, pero el signo del dólar manda y los poderes hollywoodienses no pudieron evitar esta nueva versión en plena edad de oro de los superhéroes en la gran pantalla (y como reinicio no llega a ser tan desastroso como "Los cuatro fantásticos" (2015)). No es necesario pero tampoco molesto.

La propuesta es de por sí muy atractiva para todo seguidor de la acción, la fantasía y las vistosas hazañas de superhéroes: un ser sobrehumano que llega por accidente y siendo un bebé a la Tierra, que es adoptado por un investigador paranormal y entrenado para combatir a toda fuerza maligna paranormal. En "Hellboy" volvemos a observar la presentación y el progreso de esta trama clásica del subgénero superheróico de forma tan correcta, conveniente y eficiente como somera y pubescente. La jugosa temática se ejecuta en el guion con un dinamismo agradecido (tan solo hay una secuencia redundante en su tramo final), con unas notas de humor gamberro apropiadas (aunque la bilogía de Del Toro fue algo más allá en ingenio cómico), pero con una superficialidad sucinta. El libreto en definitiva da lo justo para distraer con propiedad.

La puesta en escena por su parte es decente (pero no brillante como... en fin, es que Del Toro hace demasiada sombra a esto): con unos efectos especiales más definidos que las cintas de 2004 y 2007, un diseño de las criaturas vistoso y llamativo (que no singular, innovador y sobresaliente como en cierta bilogía), una fotografía equilibrada (que tampoco pasará a la historia pero que se mide con proporción), una realización desenvuelta en todo momento, una edición enérgica, un vestuario que opta por la estética neopunk con elegancia, una banda sonora rockera muy vehemente que alza a la trama (el único punto que esta versión mejora de sus predecesoras), y unas interpretaciones naturales (pero que jamás llegan al carisma, la cercanía y la sutileza que nos legaron Ron Perlman, Doug Jones, Jeffrey Tamboy y Selma Blair) entre las que destaca un Ian McShane (infravaloradísimo actor, por cierto) que ofrece un toque más singular, claroscuro y magnético a su rol que John Hurt.

Así pues estamos ante una cinta de esparcimiento pasajero, cuya estética seductora y sugerente supone algo de añadido a estos avatares superheróicos ya vistos y tratados con mayor incisión, hondanadas, versatilidad y jocosidad (y no hay que irse hasta la trilogía nolaniana del Caballero de la noche para encontrar un mimo argumental superior, con las dos versiones de Hellboy predecesoras nos enriqueceremos más cinematográficamente y nos recrearemos más durante el pasatiempo de acción y aventuras) pero que aquí se llevan a escena con un ritmo correcto. Este "Hellboy" está al nivel "Aquaman" (2018), "Ant Man y la Avispa" (2018), "Shazam" (2019) o "Spider Man: Lejos de casa" (2019)), así que solo es recomendable como cine de palomitas a los aficionados a la acción, la fantasía y los superhéroes... pero las hay mejores, así que mejor que las exigencias no estén muy altas a la hora de visionar esta versión.

Lo mejor: Ian McShane (en el poco tiempo que le da el metraje). La elección musical. El vestuario.
Lo peor: La poca ambición en el desarrollo argumental (desde luego esto no es "Batman Begins" (2005)).