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Voto de Spark:
9
2017
Ryan Murphy (Creador), Ryan Murphy ...
7,7
4.578
Serie de TV. Drama
Miniserie de TV (2017). 8 episodios. La serie explora famosos roces y enemistades entre celebridades y miembros del mundo del espectáculo. Esta primera entrega cuenta la historia de la legendaria rivalidad entre dos de las más grandes estrellas de cine de todos los tiempos, Joan Crawford y Bette Davis, centrándose sobre todo en la relación de ambas actrices en 1962, con una película que esperaban relanzara sus carreras: "¿Qué fue de Baby Jane?". (FILMAFFINITY) [+]
7 de agosto de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2017 tuvimos el placer de poder ver esta miniserie de 8 capítulos de Ryan Murphy, un showrunner que ha demostrado ser capaz de aportar a la pequeña pantalla productos de gran calidad con personajes y situaciones memorables... siempre que da con todas las teclas idóneas para su conjunto (y es que cuando alguno o varios de los elementos de estas sátiras de época tenebrosas no son los adecuados... pues tenemos cosas como las decepcionantes y planas "Hollywood" (2020) o "American Horror Story: "Cult" (2017)). Murphy lo logró con productos sublimes entre los que se encuentran varias temporadas de "American Horror Story" (Freak Show (confieso que es mi favorita), Asylum o Murder House), la temporada "American Crime Story: Versace" (2018), y esta "Feud" que roza la perfección a todos los niveles.
Basada vagamente (se toma las licencias que todo relato de ficción necesita, pero en ningún momento pierde la esencia de los personajes reales en los que se basa) en las vidas de dos astros de la gran pantalla del Hollywood dorado: Joan Crawford (Jessica Lange) y Bette Davis (Susan Sarandon), así como en su inevitable rivalidad que fue mucho más allá de lo profesional.
Se conozcan o no los acontecimientos (sonados para la época o los admiradores del cine clásico de Hollywood, bastante olvidados o relegados para el resto (y admito que es mi caso)) "Feud" es capaz de hacer vibrar de la misma forma a todo público adulto ansioso de una ficción de calidad. Pues la forma que tiene el producto de juguetear en tono de falso documental que va insinuando y empujando los impactos que están por venir, el cómo va viajando a base de pequeños flash-backs y flash-forwards sin marear en ningún momento al espectador (pues el presente narrativo siempre impera de forma imponente) que a su vez va entendiendo el porqué de esas personalidades tan excéntricas y ambiciosas, y la elección de cada diálogo y situación se produce con tal pericia y tal crecimiento argumental que solo queda gozar durante el visionado y quitarse el sombrero al final.
Y es que "Feud" configura a sus personajes con un catálogo de diálogos y reacciones que los van esculpiendo con mimo hasta llegar a ser unos David de Miguel Ángel. La primera aparición del personaje protagonista (no se engañen, es Joan Crawford con una Bette Davis que trata de ponerse a la par en esta miniserie (otra cosa es que en el mundo cinematográfico la cosa fuera a la inversa)) ya nos dice mucho con una simple frase al noviete de turno que está a su lado y tras haber visto como Marilyn Monroe se lleva el Globo de Oro ("Yo también tengo las tetas bonitas pero no se las pongo en la cara a la gente"). Pero lejos de darnos una sátira feroz y siempre faltona sobre la hipocresía de la industria cinematográfica, "Feud" va fraguando a fuego lento todos los hedonismos, inseguridades, machismos, celos, insatisfacciones y rencores. Sus personajes van calentando con deleite hasta que estallan los combates irrefrenables e irreversibles. Y es que en "Feud" hay un gran estudio de sus personajes, esta Crawford tiene grandes luces y temibles sombras; todo un personaje humano colmado de matices, vertientes y dimensiones tras todo lo vivido y lo que aun ansía por vivir y parece no cumplirse jamás. Lo mismo se puede decir de la Bette Davis de Sarandon, solo que con un estilo de personalidad muy diferente también por sus experiencias vitales tan dispares a las de la Crawford de Lange. Pero es que además los secundarios que las rodean (encarnados por Alfred Molina, Jackie Hoffman, Stanley Tucci, Catherine Zeta-Jones, Judy Davis y Kathy Bates) también soportan ese destino claroscuro en su ser, pues a nivel profesional tampoco lo han tenido fácil y sus agrios arrebatos o conspiraciones amorales cobran cierto sentido tanto para ellos como para el público.
Todo en "Feud" tiene un sentido natural y orgánico, y no por ello deja de ser terrorífico, divertido, alentador o deprimente. Cuando los personajes tocan fondo palpamos la misma desesperanza que ellos a la vez que comprendemos con cierta lástima por qué son incapaces de salir de ese pozo de inseguridades (lo tienen todo menos lo más importante: autoestima-empatía, amor a uno mismo y a los demás, respeto hacia uno mismo y hacia los demás), pero donde "Feud" más se luce es cuando nos quiere hacer soltar la risa (y lo hace), una risa a veces incómoda pero inevitable, otras veces una carcajada fruto del surrealismo que se da en los rodajes (el episodio 3 tiene una secuencia para enmarcar que deja el rodaje expuesto en "The Disaster Artist" (2017) como una bufonada de aficionado) o por la competición a degüello por ver quien chupa más cámara o más galardones (el grito final de Jessica Lange en el capítulo 4 no podré olvidarlo en la vida, y siempre me hará sonreír con guasa irónica).
En "Feud" todo tiene muchas capas...
Basada vagamente (se toma las licencias que todo relato de ficción necesita, pero en ningún momento pierde la esencia de los personajes reales en los que se basa) en las vidas de dos astros de la gran pantalla del Hollywood dorado: Joan Crawford (Jessica Lange) y Bette Davis (Susan Sarandon), así como en su inevitable rivalidad que fue mucho más allá de lo profesional.
Se conozcan o no los acontecimientos (sonados para la época o los admiradores del cine clásico de Hollywood, bastante olvidados o relegados para el resto (y admito que es mi caso)) "Feud" es capaz de hacer vibrar de la misma forma a todo público adulto ansioso de una ficción de calidad. Pues la forma que tiene el producto de juguetear en tono de falso documental que va insinuando y empujando los impactos que están por venir, el cómo va viajando a base de pequeños flash-backs y flash-forwards sin marear en ningún momento al espectador (pues el presente narrativo siempre impera de forma imponente) que a su vez va entendiendo el porqué de esas personalidades tan excéntricas y ambiciosas, y la elección de cada diálogo y situación se produce con tal pericia y tal crecimiento argumental que solo queda gozar durante el visionado y quitarse el sombrero al final.
Y es que "Feud" configura a sus personajes con un catálogo de diálogos y reacciones que los van esculpiendo con mimo hasta llegar a ser unos David de Miguel Ángel. La primera aparición del personaje protagonista (no se engañen, es Joan Crawford con una Bette Davis que trata de ponerse a la par en esta miniserie (otra cosa es que en el mundo cinematográfico la cosa fuera a la inversa)) ya nos dice mucho con una simple frase al noviete de turno que está a su lado y tras haber visto como Marilyn Monroe se lleva el Globo de Oro ("Yo también tengo las tetas bonitas pero no se las pongo en la cara a la gente"). Pero lejos de darnos una sátira feroz y siempre faltona sobre la hipocresía de la industria cinematográfica, "Feud" va fraguando a fuego lento todos los hedonismos, inseguridades, machismos, celos, insatisfacciones y rencores. Sus personajes van calentando con deleite hasta que estallan los combates irrefrenables e irreversibles. Y es que en "Feud" hay un gran estudio de sus personajes, esta Crawford tiene grandes luces y temibles sombras; todo un personaje humano colmado de matices, vertientes y dimensiones tras todo lo vivido y lo que aun ansía por vivir y parece no cumplirse jamás. Lo mismo se puede decir de la Bette Davis de Sarandon, solo que con un estilo de personalidad muy diferente también por sus experiencias vitales tan dispares a las de la Crawford de Lange. Pero es que además los secundarios que las rodean (encarnados por Alfred Molina, Jackie Hoffman, Stanley Tucci, Catherine Zeta-Jones, Judy Davis y Kathy Bates) también soportan ese destino claroscuro en su ser, pues a nivel profesional tampoco lo han tenido fácil y sus agrios arrebatos o conspiraciones amorales cobran cierto sentido tanto para ellos como para el público.
Todo en "Feud" tiene un sentido natural y orgánico, y no por ello deja de ser terrorífico, divertido, alentador o deprimente. Cuando los personajes tocan fondo palpamos la misma desesperanza que ellos a la vez que comprendemos con cierta lástima por qué son incapaces de salir de ese pozo de inseguridades (lo tienen todo menos lo más importante: autoestima-empatía, amor a uno mismo y a los demás, respeto hacia uno mismo y hacia los demás), pero donde "Feud" más se luce es cuando nos quiere hacer soltar la risa (y lo hace), una risa a veces incómoda pero inevitable, otras veces una carcajada fruto del surrealismo que se da en los rodajes (el episodio 3 tiene una secuencia para enmarcar que deja el rodaje expuesto en "The Disaster Artist" (2017) como una bufonada de aficionado) o por la competición a degüello por ver quien chupa más cámara o más galardones (el grito final de Jessica Lange en el capítulo 4 no podré olvidarlo en la vida, y siempre me hará sonreír con guasa irónica).
En "Feud" todo tiene muchas capas...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
(el insulto hiriente (pero ingenioso) lo observamos como fruto de la envidia... la cual vemos como fruto del miedo a no ser respetada o adorada de igual forma... miedo que a su vez es fruto del rechazo irracional a la soledad... un rechazo irracional que a la vez es fruto de una madurez incompleta a la que le falta amor propio... y así podría seguir porque el tema no es superficial precisamente) y todas se nos dan con elegancia, astucia y sensatez (incluso los pequeños trucos absurdos que la protagonista usa para mantener su tipo se nos dan con una sutileza memorable. Y ojo al papel (siempre en la disimulada sombra) de la gran villana del film: la adicción al alcohol).
Pero por si eso fuera poco "Feud" tiene además un gran sentido del espectáculo. Si bien su realización es usual (pero siempre correcta en cada plano), ofrece una ambientación sobresaliente, con un diseño de producción impoluto ya sea en los sets de metacine, en los escenarios de los teatros, en las mansiones desangeladas o en los despachos de productoras, agencias y distribuidoras, la banda sonora es escasa pero crucial en ciertos puntos clave, el vestuario y maquillaje es sencillamente celestial (uno es capaz de oler los polvos de colorete), pero el acabose son ciertas actuaciones. Jessica Lange la primera, mira que tiene una extensa filmografía en su haber pero jamás la he visto relucir de tal forma con esta intimidante (en cualquiera de los sentidos) e intimista Joan Crawford. A su lado Susan Sarandon sale perdiendo y eso que realiza un excelente trabajo también para enmarcar. Judy Davis, Stanley Tucci y Alfred Molina dotan a sus personajes de una solidez inmensa, pero la robaescenas de esta función es Jackie Hoffman. Y ahí lo dejo porque en esta ocasión es mejor ponerse a ver esta joya que hablar de ella. Muy muy recomendable a todo público adulto, e indispensable a todo cinéfilo/seriéfilo con altas expectativas (que aquí se cumplirán). En cuanto a miniseries "Feud" está al mismo gran nivel de la primera temporada de "True Detective", de "American Horror Story: Asylum" (2012-13), "American Horror Story: Freak Show" (2014-14) o de "American Crime Story: Versace".
Lo mejor: Todo.
Lo peor: Bueno, esos cortes a negro entre secuencia y secuencia tan alagados sin necesidad (el público puede desconcertarse y no saber si es que el episodio ha terminado ya o continúa) no me convencen en absoluto. Es el único pero de una obra excelente.
Pero por si eso fuera poco "Feud" tiene además un gran sentido del espectáculo. Si bien su realización es usual (pero siempre correcta en cada plano), ofrece una ambientación sobresaliente, con un diseño de producción impoluto ya sea en los sets de metacine, en los escenarios de los teatros, en las mansiones desangeladas o en los despachos de productoras, agencias y distribuidoras, la banda sonora es escasa pero crucial en ciertos puntos clave, el vestuario y maquillaje es sencillamente celestial (uno es capaz de oler los polvos de colorete), pero el acabose son ciertas actuaciones. Jessica Lange la primera, mira que tiene una extensa filmografía en su haber pero jamás la he visto relucir de tal forma con esta intimidante (en cualquiera de los sentidos) e intimista Joan Crawford. A su lado Susan Sarandon sale perdiendo y eso que realiza un excelente trabajo también para enmarcar. Judy Davis, Stanley Tucci y Alfred Molina dotan a sus personajes de una solidez inmensa, pero la robaescenas de esta función es Jackie Hoffman. Y ahí lo dejo porque en esta ocasión es mejor ponerse a ver esta joya que hablar de ella. Muy muy recomendable a todo público adulto, e indispensable a todo cinéfilo/seriéfilo con altas expectativas (que aquí se cumplirán). En cuanto a miniseries "Feud" está al mismo gran nivel de la primera temporada de "True Detective", de "American Horror Story: Asylum" (2012-13), "American Horror Story: Freak Show" (2014-14) o de "American Crime Story: Versace".
Lo mejor: Todo.
Lo peor: Bueno, esos cortes a negro entre secuencia y secuencia tan alagados sin necesidad (el público puede desconcertarse y no saber si es que el episodio ha terminado ya o continúa) no me convencen en absoluto. Es el único pero de una obra excelente.