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España España · Compostela
Voto de odokm:
7
7,0
204
Documental Este documental de la serie Elegías está dedicado al director ruso Andrei Tarkovski. (FILMAFFINITY)
2 de diciembre de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
«La muerte no interrumpe nada, y sin embargo...» (1) cuanto daríamos algunos por poder ver la 8ª de Tarkovsky. En este caso la muerte fue el punto final para uno de los mejores conjuntos artísticos del siglo XX; sus siete largometrajes son parte esencial de la historia cinematográfica, su obra pone al cine definitivamente en el mismo plano que técnicas artísticas de mayor tradición histórica, un arte bello y terriblemente complejo; Tarkovsky lo pone de manifiesto, elimina los complejos del cine como arte y pone en valor a los cineastas posteriores y también a sus predecesores. Mi mirada hacia Dreyer, Bergman, Bresson, Tarr o el mismo Sokurov no hubiera sido la misma sin el bueno de Andrei, cambió mi perspectiva para siempre, me hizo mirar más lejos, me hizo ver en un río el cielo reflejado y el fondo arcilloso.

De la genialidad de un artista hablan sus obras. Pero Tarkovsky es ya otra cosa, es un mito, es un icono ruso en la sociedad de los iconos pop, es un Andrei Rublev. Esta «Elegía de Moscú» es una película mitificadora, Sokurov habla desde la admiración hacia el artista y la frustración hacia su país, un país que no reconoce a sus genios, un país enfermo terminal, un país que 10 años después de obligar al exilio al más ruso de los rusos es vendido a trozos a la oligarquía que domina Rusia desde la caída de la Unión Soviética; y es el mismo país que en 40 años pasa de un estado prácticamente feudal y sin desarrollar a enviar a una persona al espacio...Una elegía de Moscú en clave de Andrei Tarkovsky. Es aquí el tema central de la película, por eso tantas secuencias de Nostalghia, Sokurov quiere dejar bien claro que se trata de un exilio forzado, la primera película fuera de Rusia habla de Rusia, un país intraducible para los occidentales (no sé si puedo entender a Italia, pero desde luego no puedo entender a Rusia). Andrei está en Italia, mientras en Rusia se entierra Breznev, Andrei entra en el apartamento y cierra la ventana pero sigue mirando hacia fuera; desaparece el sonido de la telivisión rusa, Andrei ya no está en su país pero lo sigue buscando con la mirada. Es cautivador escucharle hablar, un tono siempre reflexivo, lento, muy lento, como sus planos secuencia, convertir sus pensamientos en palabras es tan cuidadoso como convertirlos en imágenes, sólo que da la sensación que la conversión a imágenes es más pura o natural para el, necesita codificar menos.

La felicidad no es «motto» de la condición humana, si así fuera el sacrificio no se justificaría, ¿qué sentido tendría entonces entregar lo más preciado? Tampoco tendría sentido esperar algo a cambio, el sacrificio no es una transacción ni justa ni injusta, es entrega absoluta a un ideal elevado (elevado por el mismo individuo que la ejecuta). Entrego a mi hijo a Dios. Entrego mi vida a la igualdad del ser humano. Entrego mi libertad a mi familia (A mi familia, no POR mi familia o POR LA FELICIDAD de mi familia). Entrego mi felicidad al arte. Por supuesto que hablamos de fe. Cada persona hace sus sacrificios, ¿los de Andrei?

«Ponga sus asuntos en orden», esto es lo que se encuentra Tarkovsky al enterarse de su enfermedad terminal, qué frialdad europea, la falta de pasión que está convirtiendo a los europeos en norteamericanos de segunda; «este hospital es una empresa que trabaja con la enfermedad y la muerte, tratamos nuestros asuntos con la máxima seriedad y diligencia, usted va a morir pronto, le recomendamos desde nuestra experiencia que deje solucionados sus papeles, y le recomendamos que empiece ahora, la burocracia es lenta y al ser usted extranjero y además ruso puede llevarle meses solucionar su testamento; le recomendamos también que termine su película con rapidez, puesto que los posibles beneficios serán de mucha ayuda a su viúda y huérfanos». Me gustaría hacer el ejercicio de la misma situación en Rusia. «Ponga sus asuntos en orden. Tiene poco tiempo para solucionar sus conflictos con la muerte, no me cabe duda que como buen ruso lleva años trabajándolos, pero debido a la prontitud del fallecimiento hay flecos que quizás no tenga resueltos, aquí tiene una pistola cargada, haga uso de ella si fuese necesario».

(1) Verso de «La casa encendida», Luis Rosales
odokm
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