Con "Rompiendo las Olas" Lars Von Trier la por iniciada su trilogía de "Los Corazones Dorados" que completará con posterioridad con "Los Idiotas" y "Bailar en la Oscuridad". Cada una de estas películas tiene una marcada personalidad en fondo y forma pero siempre se mantiene un rasgo común estás protagonizadas por mujeres de una bondad extrema no entendida por el resto del mundo.

Este es el caso de Bess en "Rompiendo las Olas", abnegada y sacrificada “per se”, vive dentro de un ambiente de lo más opresivo en la plano religioso en una comunidad donde la mujer vive aparte, de hecho no tienen voz dentro de la iglesia. Llama la atención que igual que las mujeres no tienen voz la iglesia tiene campanario pero no campana, al igual que hay mujeres pero no tiene voz.

Bess además de su genero tiene otro gran condicionante, su estado mental. Ya desde el principio del film la comunidad muestra su recelo ante la boda de Bess. Este recelo no se ciñe solo a los condicionantes de Bess sino también en por el futuro esposo Jan extranjero y trabajador de la plataforma petrolifera, hacia los que siempre muestran gran desconfiaza.

Tras la boda todo es color para Bess, ella eternamente inocente se abre camino al amor y al sexo y se siente embriagada ago que también hace desconfiar a su familia y al resto de la comunidad. Todos se preparan para el impacto que sufrirá Bess cuando Jan deba regresar a la plataforma, todos menos la propia Bess.

Con la marcha de Jan, Bess caerá en un total desamparo y deseará con todas su fuerzas el regreso de sus esposo. Sin embargo, con el accidente de Jan, este le será devuelto en las peores condiciones. Bess , imbuida por el ambiente y su educación se sentirá culpable, siente que fue su egoísmo el que le devolvió a Jan tras su brutal accidente. Pero esto solo será el comienzo de los males de Bess.

Así durante todo el film la culpa es la protagonista y por ello sufrirá el martirio tanto por su vecinos , familia y ella misma. Será el éxtasis el que le lleve a la única forma que se le ocurre de salvar a Jan, pese a que esto le hará más incomprendida y rechazada por el pueblo.

Gloriosos Lars Von Trier en la dirección sus 150 minutos son ágiles y el ritmo es el conveniente, tan solo, el director danés continúa usando y abusando, de su divisiones de prologo, capítulo, epilogo. Para mi este es un mal del que debería desprenderse, ya que en ocasiones me parece un insulto a la inteligencia del espectador.


Emocionantísima la interpretación Emily Watson las cotas de intensidad del personajes son excepcionales, sin bien sobre el guión el personaje es un regalo Watson lo hace suyo y logra una de las mejores actuaciones que recuerdo.