Si alguna vez me he sentido como si hiciera el capullo en alguna situación, después de ver al personaje interpretado por Paul Rudd se me ha quitado cualquier complejo. Da igual que no tenga amigos... En realidad hay gente que necesita de pocas personas para vivir, o al menos durante un largo periodo de su vida, pero las cosas que hace o dice te hacen preguntarte porque ves la película. Quedó algo obsoleta, también, el avance de las tecnologías dejan las expresiones y los aparatos que salen en la película pasados de moda. A ver, lo único que de verdad te hace estar con ganas de ver el film es el buen rollo que desprende la pareja de amigos y lo bien que se complementan y las irreales reacciones de una novia, Rashida Jones, que parece no enfadarse nunca, no llega al extremo de Kate Beckinsale en "Click" (2006) (que no se cree nadie el personaje ni harto de cubatas), pero no me imagino una persona, y menos una mujer (donde los sentimientos lo tienen siempre en la boca), actuando siempre con tanta amabilidad y sin enfado reseñable. Se puede ver, pero vamos... se olvida a los pocos días.