Tengo una cuenta pendiente con el inefable Robin Williams que era un cómico de la leche, pero lo ningunee en su vida real porque protagonizó bodrios de calado como "Jumanji" o "Señora Doubtfire". Y no debí hacerlo, con el bueno de este señor, lo que me pasaba era que me resultaba ciertamente cargante y de papeles repetitivos y es que no lo seguía como lo debí de seguir. No había visto "El club de los poetas muertos" o "El indomable Will Hunting", eso es lo que me pasaba y debí de haber sido justo con él. Con su muerte me di cuenta del error, porque se fue además como los valientes (para suicidarse hay que tener unos cojones muy bien puestos), cuando se vio en un futuro con un "parkinson" importante. Aquí hizo un genial trabajo como dueño de un club de ambiente en Palm Spring (todavía puedo sentir el ruido y el color que se expone en la película), al que se le casa un hijo con una mogijata de alta alcurnia con un padre co-fundador del comité de la buena moralidad al que se le acaba de morir un socio tras meterse una raya de coca en la cama de una puta negra y menor de edad (que bonito todo), y que debe representar lo mejor posible una familia de rancio abolengo a pesar de vivir en un mundillo como es el de los homosexuales que son muy majos todos y todo eso (en las películas todos son majisimos). La experiencia es muy buena para los espectadores porque la película está muy bien aderezada con elementos cómicos, queda algo corta la cena de las familias y muy largo el desarrollo anterior. Está algo descompensada, pero las actuaciones son de primera: ¡Nathan Lane está sublime como pareja de Williams es la pura reina del drama y de buen corazón! Un amor de sujeto. Y Hank Azaria hace de una mezcla interesante de Carmen Miranda y Johnny Weissmuller que te deja con el gesto cambiado (lo he visto como novio científico serio de Phoebe en "Friends" varias veces, y no puedo creerme que tenga un registro tan amplio). Luego me acuerdo de los actorcillos de mierda que se las daban de algo en la ESAD de Córdoba el tiempo que anduve por allí y tengo que reírme... Porque no se puede comparar una cosa con la otra. ¿Un actor tan "medio" como Azaria es capaz de hacer todo eso? Me dejó flipando en colores. Me gustaría seguir hablando más del film, pero no hay más. Si es bueno es por los actores que mejor actúan y por un buen guión cómico que está hecho sin mirar mucho como queda en general. Los actores de doblaje de la película cumplen de lujo porque uno oye la voz del doblador, así que la mitad del valor de las actuaciones se las doy a ellos.

Hackman, Flockhart (¿Qué fue de esta mujer?), Wiest y Futterman cumplen sin más como si no hubieran concedido mucho tiempo a la preparación de sus personajes que tampoco son de mucha profundidad. Aquí los que elevan la película a un nivel importante es la pedazo de catedral de actuación que hace Nathan Lane que te pone los pelos de punta de lo bien que lo hace, Williams y Azaria. Pero, ¡es qué te llegas a creer que son homosexuales! (Bueno... Lane lo es realmente), aunque sean muy "clichés" y eso... Es que son personajes que dan alma a una historia con sus fallos, pero que entretiene un buen rato. Repetiré más veces.