No esperaba mucho de la película, no voy a mentirte, pero vamos que deberían de habérselo currado mucho más. No tiene nada especial (sí una buena fotografía de la ciudad de Nueva York), y las situaciones se ven de un modo fácil desde un rato antes. No tiene gran cosa, salvo la química entre Monaghan y Dempsey que parecen encajar bastante bien. Me agradó bastante ver a Sidney Pollack de nuevo "vivito y coleando", y mira que era buen director el cabrón, una pena que se fuera aún pudiendo dar guerra. Aún recuerdo cuando mató de un polvazo a una joven de cuerpo perfecto a los inicios de la obra final de Stanley Kubrick "Eyes Wide Shut" (1999), y hablaba de que hacer con el cadáver a Tom Cruise que hacía de médico con poco interés por su amantísima señora que no era otra de Nicole Kidman (maravillosa mujer de buen carácter, encima).
Total! Que me acuerdo de todo, menos de lo que me tengo que acordar que es de la peli "La boda de mi novia". La historia se reduce en una oración: A veces no nos damos cuenta de los que tenemos hasta que lo perdemos (o casi).
Por cierto, ¿algún tipo sería capaz de hablar como si nada a una tía con la que salió que al dejarla le rompió el tabique nasal? El personaje de Dempsey es gilipollas, la verdad.