Lógicamente la película no engaña a nadie, ni pretende ser una película seria, ni siquiera ser una película buena. El problema es cuando se pasa de la acción exagerada y flipada al efecto sicotrópico nauseabundo que producen ciertas escenas, unas escenas que llegan a ser insultantes al espectador y a su intelecto.

La película se dejaba ver hasta el momento que una vez más, como empieza ser habitual en este género, se vuelve a desmitificar y contar tonterías nuevas sin sentido sobre un personaje literario que Bram Stoker convirtió en mito eterno (aparte de las escenas exageradas).

Lo mejor: Cinta de usar y tirar que no tendrá la más mínima relevancia.

Lo peor: Tim Burton en producción metiéndose en un charco de mierda. Y las escenas de los caballos y el tren (insultantes).