No doy una alta puntuación a esta película valorando su calidad cinematográfica ni otros aspectos que he valorado en otras críticas. En su momento, cuando la vi, buscaba una película divertida que me hiciera pasar un rato entretenido y ésta, de la mano de Javier Cámara encarnando a un cocinero homosexual, lo consiguió con creces. Me hizo reír en numerosas ocasiones y, aunque algunas de las situaciones son excesivamente tópicas o enrevesadas, a mí personalmente me pareció que merecía la pena verla. Quizá lo único que no me gusta, aunque esto es 100% subjetivo, es Fernando Tejero. Lo más probable es que si este actor no apareciera mi nota aumentara, pero sinceramente, no le soporto...