La cosa es una película opresiva, pese a estar situada en uno de los parajes más extensos de la Tierra. La pequeña base de investigación cientifica se convierte pronto en el lugar menos seguro en medio de ese enorme escenario de frío y ventisca.

Yo de la peli me quedo con 3 cosas: el fuego, la desconfianza y uno de los bichos más feos que he visto en el cine.

Sin el fuego la peli no hubiera durado ni media hora; sin la desconfianza mutua entre los personajes, no habría tenido ninguna gracia (todo se basa, yo creo, en el recelo y la crispación que genera el hecho de mirar a los otros y no saber si son lo que eran o si son la cosa). Y si el bicho no fuera tan horrible, no entenderíamos la monstruosidad que supone que algo tan espantoso a nuestros ojos sea capaz de mutar de un modo tan perfecto hasta el punto de imitar a la perfección a un ser humano.

Es una película tensa, un manual de cómo pensar deprisa y de cómo cagarla o no a causa de eso. La situación de estrés que se desata en poco tiempo en la base es algo para lo que no estaban preparados esos científicos. Eso es lo que marca la diferencia con otras películas en las que hay monstruos pero en las que parece que los protagonistas ya se los veían venir y cargan contra ellos como si los hubieran entrenado.

No, aquí nadie se esperaba la aparición de esta Cosa. Excepto yo, que había leído la sinopsis.