Parece ser que el guión original pertenecía a un joven Quentin Tarantino, pero para cuando se grabó ya había pasado por muchísimos cambios.

El montaje es MUY frenético, constantemente cambiando de ángulo, e insertando sin venir a cuento planos en blanco y negro y con correcciones de color raras. Parece ser que el estilo parodia a grandes rasgos la televisión de la época de los 1990 (comedias de situación, anuncios, reportajes sensacionalistas, reality shows) y no deja ningún momento para respirar.

La primera mitad trata de una pareja de psicópatas matando gente a discrección "on the road", y cómo los medios de televisión les van haciendo famosos. Llama mucho la atención lo gilipollas que pintan a la gente, que se pone a adorar a esos cabrones, manifestándose con cartelitos de "Mátame a mí, mi ídolo".

Y la segunda mitad tiene lugar en la cárcel y se centra más en los personajes secundarios de Robert Downey Jr. (Iron Man) y Tommy Lee Jones (Men in Black), que molan bastante. Me hace mucha gracia concretamente Tommy Lee Jones de carcelero cabrón. Y la asesina Juliette Lewis (Abierto hasta el amanecer) está buenísima.

Pero como he dicho al principio, aunque es interesante, no merecerá la pena ver esta cinta más de una vez.