Alan Ladd protagonizó y produjo "13 calle oeste", una película dirigida por el británico Philip Leacock, y que sería para Ladd su último papel protagonista en el cine, antes de morir en 1964 por una sobredosis de alcohol y sedantes. Filmaffinity interpreta esta cinta como un antecedente de "El justiciero de la ciudad" (Death Wish, 1974), de Michael Winner, y, aunque por un lado son dos obras muy diferentes -el largometraje protagonizado por Charles Bronson es muy superior, se mire por donde se mire- sí es verdad que existen los suficientes paralelismos, parecidos y relaciones como para que sí se pueda considerar a "13 calle oeste" como un claro precedente, tanto del film de Winner (otro británico) como de la temática del justiciero urbano o, como dicen en EE.UU., "vigilante". Aunque aquí el tema principal es la delincuencia juvenil, y en eso este film es deudor del previo cine de Hollywood sobre este asunto, el de los 50 y primeros 60 (Nicholas Ray, Don Siegel, John Frankenheimer).

En este caso, Alan Ladd es apalizado una mala noche por un grupo de gamberros de clase acomodada -lo más extraño de todo, quizá; los adolescentes de este film no son pobres ni excluidos sociales; pegan porque son malos y les gusta la violencia- y, como Bronson en el film de Winner, tiene una buena posición social y una buena profesión, la de ingeniero especializado en cohetes espaciales. Lo curioso es que, al igual que Bronson, Ladd era también un actor hierático y poco apreciado por la crítica por sus dotes interpretativas; aquí da un poco de pena verle con la cara abotargada y prematuramente envejecido, seguramente por efecto de su alcoholismo.

Buenos actores secundarios como Rod Steiger y otros aspectos, como la fotografía, hacen que el resultado sea aceptable y hasta interesante; pero esta muestra de "neo-noir" no apura en absoluto sus posibilidades, y debería haber sido más dura, más pesimista y más violenta, para poder ser más creíble la tragedia del protagonista.