"Invasión USA" es una película sorprendente, por la mezcla que hay de cine de acción y política-ficción, por la curiosa relación que hay entre el héroe (Chuck Norris, por supuesto) y el villano (un Richard Lynch obsesionado por acabar con Norris), por el carácter impasible del personaje de Norris, por la carga icónica de éste, personificando muy bien el rearme moral de los Estados Unidos de Ronald Reagan, por la no menos curiosa mezcla de violencia hiperbólica y humor, y también, por último, por la afición de los terroristas que invaden los EE.UU. de disfrazarse de policías y soldados, para infiltrarse y crear división y discordia, o mejor, para que la población no crea en sus fuerzas del orden.

Destacan además la estupenda banda sonora de Jay Chattaway, y la chocante secuencia inicial con los refugiados cubanos, de una brutalidad apabullante. Estamos ante una obra de cierta ambigüedad: si por un lado se reafirma en el rearme moral ya mencionado, necesario al verse la sociedad estadounidense como una sociedad ablandada por la paz, el alto nivel de vida y una enorme confianza en sí misma, y que, por tanto, debe "endurecerse" de nuevo, por otro lado la violencia hiperbólica implica una crítica a ese endurecimiento y a la violencia de este tipo de cine, un poco como ocurre luego en "Depredador" (Predator, 1987), de John McTiernan.