Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Pedro Triguero_Lizana:
7
Drama Con el ánimo de apoderarse de su lujoso collar, la joven Barbara Blandish (Kim Darby) es asaltada y luego secuestrada por una pandilla de delincuentes. Pero, la Pandilla Grissom, se entera del hecho... y pronto la joven pasará a sus manos esperando cobrar por ella un millón de dólares, según pretensión de la terrible mamá Grissom (Irene Dailey), pero, los planes tendrán un "pequeño" obstáculo, cuando se enteren de que, Slim (Scott ... [+]
30 de agosto de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La banda de los Grissom" es la obra de Robert Aldrich que abre su pequeño pero poderoso díptico sobre la era de la Gran Depresión -lo cerrará pocos años después con "El emperador del Norte" (Emperor of the North, 1973)-, y participa claramente de la moda "revival", enfocada a recuperar los años 20 y 30, que vive el cine estadounidense de fines de los 60 y principios de los 70, que aprovechaba la apertura de los códigos de censura para incidir con mayor libertad en cuestiones que sirvieran para conectar con el público de entonces como un mayor hincapié en la violencia o en la amoralidad de los años de la Ley Seca, o bien centrándose en personajes situados fuera de la ley, entendidos como una forma de oposición radical a la autoridad y el poder que resultaba muy interesante en los años del auge de la contracultura.

Ahora bien, este film de Aldrich era más incómodo para el espectador porque, al contrario de lo que hacía Arthur Penn en la previa película "Bonnie y Clyde" (Bonnie and Clyde, 1967), no presenta a los delincuentes bajo un prisma idealizador que permitiera verles como rebeldes románticos, sino todo lo contrario: quitando a Tony Musante, son feos, y todos ellos son vulgares, sórdidos y desagradables; sus intereses y objetivos no tienen nada de romántico, porque sólo tratan de enriquecerse a toda costa, y su sola presencia en la pantalla genera una tensión que ni siquiera es creada por el guión.

Digo que resulta un film más incómodo porque, a pesar de lo anterior, estos criminales a veces caen bien. Slim Grissom (Scott Wilson) es pintado como un paleto psicópata de arranques violentos y temperamento casi infantil, y sin embargo Aldrich consigue que empaticemos con él, especialmente en su inesperado amor por la rica heredera que ha secuestrado, Barbara Blandish (Kim Darby); un amor que tiene mucho de malsano, de relación de poder basada en la fuerza, la dominación y el chantaje.

Por otro lado, la de los Grissom y asociados no es la única familia disfuncional de la historia: en el otro lado, el padre de la heredera (Wesley Addy) recurre al detective privado (Robert Lansing) no para que descubra dónde está su hija, sino únicamente para que pague el rescate exigido por los Grissom, por lo que sabemos desde el principio que ese padre no quiere mucho a su hija. Como en otras obras de este director, aquí hay una soterrada lucha de clases: los pobres se oponen a los que ostentan el poder, un poder cuestionado, desafiado y a veces ridiculizado, como el policía interpretado por Simon Oakland en "El emperador del Norte". Sólo que, en el caso que nos ocupa, el bando de los "pobres" es más malo aún que el de los poderosos. Sólo el personaje del detective y el del jefe de policía tienen una cierta dignidad moral en medio de un universo de relatividad y ambigüedad moral, por otro lado muy moderno.

La gran labor del reparto, así como la calidad de la banda sonora, de la ambientación, de los diálogos, de la fotografía en color y de la dirección consiguen un resultado que, pese a no ser perfecto, sí puede presumir de ser inolvidable.
Pedro Triguero_Lizana
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow