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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
9
Drama. Comedia. Romance Leopold Dilg huye de la cárcel donde cumplía condena por incendio, y se esconde en casa de Nora, una amiga de la infancia. Pero resulta que ésta ha alquilado la casa durante el verano a Michael Lighcap, candidato al Tribunal Supremo. Dilg, que se hace pasar por el jardinero, y Nora logran convencer al magistrado de que Dilg es inocente. Entonces los tres intentan atrapar a los verdaderos delincuentes; pero, al mismo tiempo, los dos ... [+]
3 de julio de 2015
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
De George Stevens se ha dicho que era un cineasta sin personalidad -una socorrida, y cómoda, estrategia de la crítica, muy útil para descalificar de un plumazo toda la filmografía de un cineasta- y sin embargo ese argumento es bastante débil para descalificar a Stevens, sobre todo cuando alguien se toma la molestia de ver todas sus películas. Hay una línea de interés en el cine de Stevens que tiende a situar las tramas en entornos domésticos, en casas, donde se concentran los personajes, a veces, hacinados en un espacio reducido: es el caso de "El diario de Ana Frank" (The Diary of Anne Frank, 1959). Hay otra línea en su cine que presenta a un intruso que se inserta en un entorno doméstico ajeno a él, sería el caso de "Raíces profundas" (Shane, 1953).

Estas dos líneas confluyen en un largometraje muy anterior a los ya citados, y que Stevens rodó poco antes de irse a la Segunda Guerra Mundial a rodar documentales, "El asunto del día" (The Talk of the Town, 1942), una magistral combinación de drama y comedia -con unas notas de crítica social y política y una denuncia del linchamiento que recuerda a "Furia" (Fury, 1936), de Fritz Lang- sostenida en todo momento por un estupendo guión y unas grandes interpretaciones del trío protagonista, Cary Grant, Jean Arthur y Ronald Colman, entre los que se forma poco a poco un incierto triángulo amoroso. Por supuesto no puedo olvidarme aquí de ese gran actor secundario llamado Edgar Buchanan, de voz inconfundible, en el papel de abogado de Cary Grant, ni de Rex Ingram, en el papel de criado de Ronald Colman.

Me gusta mucho el comienzo, muy rápido, un modelo de economía -y de eficacia- narrativa, y cómo el guión presenta a Grant, como a un asesino desesperado que se fuga de la cárcel antes de que le sometan a la pena capital. Progresivamente este personaje irá mostrando su lado bueno, su inocencia, y la inteligencia de su crítica social, pero pese a ello es éste uno de esos papeles "oscuros" o más duros de lo normal, con los que a veces Cary Grant sorprendía a los espectadores, tan encasillado estaba dentro del género de la comedia. La reflexión que se hace sobre la justicia, la libertad y la democracia está en la línea dinámica y progresista del cine del "New Deal", por ejemplo, en la previa "Caballero sin espada" (Mr. Smith Goes to Washington, 1939), de Frank Capra, y de hecho el guionista acreditado de esta obra de Capra, Sidney Buchman, es uno de los guionistas de la película de Stevens.
Pedro Triguero_Lizana
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