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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
7
Drama Inglaterra, 1930. Versión actualizada del drama homónimo de Shakespeare. Ricardo III, un hombre al que la naturaleza le ha negado todo encanto físico, vive dominado por la ambición de poder. La conspiración, el crimen y el engaño son sus armas naturales; y la piedad, la compasión y la amistad sólo artimañas para someter a quienes le rodean. (FILMAFFINITY)
9 de julio de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta adaptación cinematográfica del drama de Shakespeare podrá no ser una gran película, o un film verdaderamente satisfactorio, pero no cabe duda de que es un largometraje curioso, muy curioso. Llevando la historia de Ricardo de Gloucester a la Inglaterra de los años 30 del siglo XX, Loncraine pone en escena un mundo paralelo, un Reino Unido imaginario en el que el país acaba de salir de una guerra civil y, pese a ello, las maquinaciones, los odios, las rivalidades y la sed de poder destruyen a una élite dirigente, llevando al país de nuevo a la guerra. La insaciable sed de poder del protagonista, un competente Ian McKellen, le envilece de forma progresiva en una espiral de asesinatos políticos y en la creación de una dictadura, una dictadura conformada en torno a la parafernalia y los signos externos propios de un régimen fascista de los años 30. Los uniformes negros, las banderolas rojas con el jabalí como emblema, la caracterización de McKellen, con un bigote y un peinado similares a los de Hitler...todo se integra perfectamente en una clara parábola sobre los peligros de la ambición sin límites unida a una tecnología moderna, y una parábola sobre la intemporalidad del Mal.

Si algo enseña este film es que un drama de siglos pasados como la obra de Shakespeare posee una dramaturgia tan poderosa que es capaz de arrojar luz sobre dramas más recientes de la Historia contemporánea.
Pedro Triguero_Lizana
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