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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
9
Western. Drama En un pueblecito mexicano tiene lugar un enfrentamiento entre un bondadoso sacerdote (John Mills) y un malvado bandido (Bogarde) que se propone dominar el pueblo. El odio a la Iglesia lleva a éste a cometer todo tipo de abusos y tropelías para conseguir que el nuevo clérigo se vaya. Sin embargo, el cura, con su inmensa paciencia y mansedumbre, acaba por redimir al bandido, que recupera la fe en Dios. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un western moderno, de nacionalidad británica, producido por la Rank, y rodado en las localidades españolas de Alhaurín de la Torre (Málaga), y Las Gabias (Granada), además de otros puntos de Andalucía. Que sea un western británico rodado en Andalucía, y que sitúa la acción en México, ya singulariza de por sí esta película; pero esta película es tan singular, y tan especial, que se singulariza por todo. Baste decir que, en principio, se quería que Luis Buñuel dirigiera el film, y que lo protagonizara Marlon Brando. Aunque tan insólita reunión de talentos no se llegó a producir, la verdad es que es una película muy interesante y muy sólida, y demuestra que Baker es un cineasta a reivindicar.

Dirk Bogarde, con su llamativo vestuario -totalmente vestido de negro, con sombrero negro, pantalones negros de cuero, y, en una escena, incluso con gafas de sol-, y, además, con sus gestos, miradas y ademanes, proporciona a su personaje, un villano muy peculiar llamado Anacleto (Lorenzo en la versión doblada al español), una clara dimensión homosexual.

En la trama hay una tensión permanente entre lo permitido y lo no permitido, dejando ver la transgresión frente al poder dominante. Si al principio John Mills es la fuerza transgresora, que se adentra en un ambiente hostil, dominado por Dirk Bogarde, más tarde ocurre al revés. En ambos casos, el amor es la fuerza transgresora. Pero, ¿qué tipo de amor, el amor de la religión o el amor profano? La trama permite varias lecturas, entre las que el amor profano se esconde bajo la religión, la moral, o la rivalidad que hay desde el principio entre estos dos hombres en principio tan opuestos. El cantante, no la canción; el amor, no la religión. Mills, y sobre todo Bogarde, dicen una cosa en sus diálogos, pero en realidad están hablando de otra cosa. Los diálogos entre Mills y Bogarde están llenos de segundas intenciones, de segundas lecturas, y de tensión sexual no resuelta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro Triguero_Lizana
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