Spike Lee es un director que en sus inicios me encantaba, pelis como Haz lo que debas, Nola Darling, Fiebre salvaje, Crooklyn... me parecían pelis con una autenticidad sin precedentes en el cine de autor afroamericano. Pero por otro lado está el Spike Lee personaje, ese insoportable manojo de nervios intolerante y exaltado que hasta ha hecho perder partidos a sus Knicks (que le pregunten a Reggie Miller). Y ese Spike personaje se ha acabado comiendo al Spike autor.

De la frescura de su primera época ya no queda nada, aunque bien es cierto que alguna vez ha sido capaz de entregar alguna obra de género academicista que demuestra que talento tiene de sobra para hacer cine (me estoy refiriendo a Plan oculto). En los últimos 10-15 se ha dedicado a ingresar pasta con proyectos de encargo que le pagan sus habituales pataletas en primera fila del Madison Square Garden, y en sus ratos libres hace malas películas como ese remake innecesario y patético de la magnífica coreana Old Boy o esta misma peli que nos ocupa.

BlacKkKlansman no es más que la última pataleta del Spike personaje, un panfleto lleno de filias y fobias, como ha sido siempre él, una peli que de no ser por la exagerada reacción que ha obtenido la victoria de Trump no habría llegado más lejos de lo que llegaron sus últimas y olvidadas pelis. Pero vivimos tiempos de alarmismo desmesurado, la época del "corred insensatos que vienen los natsis", la única era en la que se podría justificar que Black Panther sea nominada a mejor película en unos Oscar o que le den el premio al mejor guión a una película tan mediocre en forma y tan panfletaria en fondo como es esta BlacKkKlansman.

Porque a esta peli, sin su cuestionable valor social, le queda entre poco y nada, no tiene un guion ni interesante, ni divertido, ni ningún otro calificativo que pueda invitar a verla por cualquier razón. Todo es plano en ella, desde su trama hasta sus componentes narrativos. Y tampoco tiene destacables méritos artísticos, ni a nivel interpretativo ni a nivel técnico. No tiene nada, es una peli del montón, bastante fallida en mi opinión. ¿Qué tiene entonces? Pues lo dicho, a Trump en la presidencia. Pero, como he comentado con otras pelis últimamente, mejor haría el mundo intelectual (y aquí incluyo a escritores, periodistas, etc...) en abordar este asunto desde una perspectiva más compleja, al menos si lo que pretenden conseguir es cambiar el rumbo del barco.