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España España · Barcelona
Voto de Beto:
6
Drama A finales de los años 70, un adolescente con discapacidad es abandonado. Una pareja gay decide adoptarle y se convierte en la familia que nunca tuvo. (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2013
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es, ni mucho menos, una gran película. Digamos en principio que su historia está muy idealizada, casi hasta el límite de lo verosímil, sobre todo en el encuentro entre los dos protagonistas, que roza, casi, una " novela rosa" y algo maniquea. Esto en principio, insisto. Porque en su desarrollo, que no trata de la pareja en sí (de nuevo, tal vez demasiado endulcorada), sino de los prejuicios que unen el entramado de todos los poderes sociales "establecidos" (legales, socio-educacionales, morales, éticos y sus Valores Absolutos, por lo menos en 1979 donde, con inteligencia, Fine sitúa la acción) e intocables. En nombre de esos valores, relativos en su totalidad, la sociedad pretende aplastar (incluso con insidias, falsedades y lugares comunes) a esta entrañable pareja homosexual en su intento de adoptar a un cuasi adolescente con Síndrome de Down. El chico necesita con urgencia que tomen medidas (cosa que no se hace) de protección familiar y educación: su desamparo alcanza límites increíbles. En el momento en que los dos protagonistas (excelente, como siempre, el versátil e histriónico Alan Cumming) logran la "tutoría", la maquinaria represora (ahora sí) se pone en marcha: su objetivo no es un ser humano particular, como es el chico, sino arrancar de cuajo todo lo que se salga de la "normalidad" basada en los Valores antes mencionados. Y la mejor maneras es manejar todos los hilos del entorno, con su concepción de la homosexualidad como una "enfermedad contagiosa", enemiga de la sociedad bien pensante y "correcta", para destruir cualquier intento de libertad de elección, de vida alternativa, y que todo vuelva a la eterna "normalidad". Han pasado, por suerte, muchas cosas al respecto, entre otras en cuanto a la sexualidad y a la estructura social alternativa. Pero eso, desgraciadamente, AÚN NO ES SUFICIENTE (basta leer cualquier periódico para darse cuenta); la represión sigue siendo terrible. Por eso el director, supongo, eligió la fecha: prejuicios casi absolutos, miedo a dar cuenta de la identidad sexual "anómala"... Y una cierta, e irónica, inocencia ( no existía la hipocresía de lo "políticamente correcto") para desarrollar con eficiencia esta pequeña "piece" sobre seres humanos inocentes, valiosos y normales a los que no se permite desarrollar ningún proyecto vital. Una historia, casi un cuento, pero que en su sencillez casi de fábula con toque siniestro, deja muy claro el mensaje antirrepresivo ¡Y con efectividad!
Beto
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