Esta serie es una de las propuestas más aleatorias, divertidas, alocadas y atrevidas de netflix. Se siente muy aleatoria y original en el desarrollo de las situaciones y los personajes son interesantes ante la normalización de situaciones bastante trambólicas y descontroladas que les obligarán a hacer auténticos malabares.
El sonido es bastante correcto, aunque la serie no tiene tono definido y es difícil saber cómo tomarse cada uno lo que ocurre en el metraje... pero creo que es parte de la gracia y de su personalidad.
Visualmente está genialmente realizada y en general, es muy agradable de ver debido al buen diseño de fotografía, de producción y que aunque no lo aparente por ser tan alocada, se cuida en ella bastante el apartado artístico.
El desenlace de la primera temporada me dejó indiferente y no me enganchó, pero la segunda temporada ha dado una subida de calidad y diversión tan tremenda que para cuando llega el desenlace de la segunda temporada me pareció una absoluta maravilla. Simplemente muy bien pensado todo y muy bien se ha mantenido el frescor de la serie, e incluso se ha sentido más fresca durante su segunda temporada.
La trama está muy bien hilada y va expandiendo el mundo de la serie.
Las interpretaciones son geniales, se nota que el elenco disfruta un montón trabajando en esta serie, sobre todo Drew Barrymore que transmite una intensidad y una energía a sus interpretaciones que simplemente son únicos y se nota que está disfrutando una auténtica barbaridad.

Espero con ansias el estreno de la tercera temporada, la expectación es máxima por ver si logran mantener el genial nivel de la segunda temporada, y si logran superarlo estaremos ante una de las mejores producciones de la plataforma sin ninguna duda.