Del brillante y original cortometraje de poco mas de 6 minutos de duración puesto en marcha por el sudafricano Neill Blomkamp, y rodado a modo de falso documental “Alive in Joburg 2005”, se intuía que a poco que se inviértela unos millones de euros en la producción y con un director y cuadro actoral de más o menos campanillas saldría una buena película de ciencia ficción, de esas que además de entretenidas daría mucho juego por el hecho de estar ambientada en una ciudad y un país recién salida como aquel que dice de los días del “apartheid” y extrapolar el espíritu de este de una situación concreta a cualquier otra donde se diera el caldo de cultivo apropiado.
Pues bien, a pesar de estar dirigida por Neill Blomkamp, el mismo tipo que dirigió el corto, cuya experiencia cinematográfica era, 3 cortometrajes (el que da origen a esta película, otro de ciencia ficción , “Tempbot 2006” y por ultimo “Crossing the Line 2008” co dirigido junto a Peter Jackson y escrito por este) y especialista en efectos visuales (“lead animator”) en varias series USA y de contar con un plantel de absolutos desconocidos (para mí) al frente del reparto (Sharlto Copley, Wikus Van De Merwe en la película, solo había hecho de militar en el corto de hace 4 años), repito y rectifico, no “a pesar de”, sino “gracias a no haber sido así” (Peter Jackson en la producción y buen pulso en la dirección, brillante “lead animator” y conocedor de primera mano del apartheid en su juventud por parte de Neill Blomkamp), tenemos la fortuna de disfrutar de una brillante película de ciencia ficción, en base a ser la primera en la que se consigue que unos aliens presentes en prácticamente todas las escenas y generados por ordenador (salvo los restos alienígenas en la mesa de operaciones del laboratorio producto de crueles experimentos, todos son animaciones) luzcan como personajes reales en su interacción con el paisaje y paisanaje, a una trama cuya fuerza y desarrollo te mantienen pegado a la pantalla sin apoyar la espalda en el respaldo del asiento prácticamente desde que vemos a Wikus en el hospital adonde ha sido llevado desde su fiesta de cumpleaños hasta el final del metraje (en una cada vez más delirante e in crescendo espiral de acción), una dirección cámara en mano que le sienta como un guante a las abundantes escenas de acción (nunca creí que dijera esto) y a la no por triste menos acertada e incisiva (no exenta de ironía) mirada a las miserias que florecen en el ser humano en situaciones críticas (ya saben, “donde dije “digo”, digo Diego”, “marica el ultimo” y “la ocasión la pintan calva”).
Sigue en spoiler por falta de espacio: