Puestos a realizar una de ninjas de cierto empaque, en cuanto a medios técnicos para recrear las peleas, piruetas, y demás habilidades de esos ninjas herederos de aquellos que tanto nos hicieron disfrutar a los chavales de los 80 ("American Ninja 1985", marco a todo un determinado sector de chavales, y "Kill Bill 2003" mantuvo la llama encendida), que mejor que James McTeigue, un tipo curtido como director de segunda unidad con George Lucas, los Wachowsky, y Alex Proyas (entre otros), que ya en su opera prima como director mostraba un estilo visualmente atractivo en las escenas de acción, y los anteriormente citados, Wachowsky, como coproductores (también anda por ahí Joel Silver).

Eso es lo que aquí tenemos, poco mas de hora y media de buenas escenas de acción (las canónicas míticas y afiladas estrellas voladoras ninjas, y esos mortíferos golpes secretos, y la visualmente muy potente novedad – para mi – de esas cadenas letales), magníficamente coregrafiadas y sonorizadas, en la que lo de menos, es la intensidad dramática de los encargados de dar vida a los actores implicados en esta historia de rencillas y odios entre arcanos clanes ninjas (aunque el tipo que hace de maestro y el chaval este – al parecer cantante – no lo hacen nada mal), y/o lo mas o menos interesante, de ese thriller con estética y desarrollo de historieta gráfica que a la postre resulta.

Ideal para saciar la sed ninja por una temporada, ya que también es cierto que en dosis elevadas puede llegar a provocar rechazo a los que gustándonos una buena ración de mandobles y casquería de vez en cuando, no somos sectarios fanáticos (fenomeno este, de los puntillosos y susceptible fanáticos de cualquier cosa con luchas orientales de por medio, que Internet me ha descubierto), debiendo de bastar la dosis aquí consumida para aguantar el tirón hasta la próxima actualización en cuanto a técnicas cinematográficas (3D, 4D, o algún improbable proyecto avalado por algún peso pesado en la dirección).