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España España · madrid
Voto de tiznao:
7
Thriller. Intriga. Cine negro La policía intenta proteger a la esposa de un importante financiero que ha sido amenazada de muerte por una voz anónima. A pesar de los esfuerzos de los agentes, el cerco se estrecha cada vez más. (FILMAFFINITY)
26 de marzo de 2009
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La esposa (Doris Day) de un norteamericano (Rex Harrison) que está en Londres acompañando a su marido en un viaje de negocios, al salir del hotel a dar un paseo en medio de una espesa niebla, oye una voz masculina amenazante que la llama por su nombre diciéndola que sería muy fácil estrangularla en ese momento, pero que ya tendría noticias suyas.
Al llegar a casa se lo comunica a su marido, el cual no le da mucha importancia, hasta que por motivo de unas misteriosas llamadas que recibe ella, en la que en principio, no oímos al que llama, pero que por las contestaciones deducimos que se tratan de amenazas y obscenidades, ponen el caso en manos de Scotland Yard.
A partir de aquí tenemos una magnifico y absorbente thriller con acusados tintes psicológicos, que si bien al principio puede parecer que estamos ante una previsible cinta del genero “luz de gas”, vemos que se trata de una trama donde se van desarrollando diferentes hipótesis según va avanzando la acción, hasta un muy logrado final donde por fin se esclarece el misterio y lo acertado, o no, de nuestra primera impresión.
La autentica estrella de la función es una Doris Day completamente alejada de los amables papeles que la hicieron ser conocida como “la novia de América” (años después haría otro papel de corte similar en, El diabólico señor Benton 1956), haciendo llegar al espectador de forma absolutamente creíble el desquiciamiento progresivo que va experimentando ante, lo cada vez más angustioso de la situación, aparte de lo realmente guapa que luce. Rex Harrison en el papel del equívoco marido raya a su altura habitual y Mirna Loy enciende la pantalla cada vez que aparece encarnando a su tía y confidente Beatriz.
La fotografía es punto y aparte, aparte de cómo utiliza las luces y las sombras (hay primeros planos de Doris Day con poca iluminación sorprendetemente bellos), pocas veces he visto Londres bajo la niebla tan inquietante como aquí hace que luzca, la música es una gozada, acompañando y subrayando la acción de forma magnífica y el director aunque no es ningún maestro, cumple con creces (aprovecho la pasión para recomendar una, aunque no muy buena, interesantísima cinta, que rodo con Burt Lancaster y Robert Ryan, dando una imaginativa versión del asesinato de Kennedy).
Absolutamente recomendable.
tiznao
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