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Voto de Messer E Vork:
8
8,1
28.272
Western. Intriga
Will Kane (Gary Cooper), el sheriff del pequeño pueblo de Hadleyville, acaba de contraer matrimonio con Amy (Grace Kelly). Los recién casados proyectan trasladarse a la ciudad y abrir un pequeño negocio; pero, de repente, empieza a correr por el pueblo la noticia de que Frank Miller (Ian MacDonald), un criminal que Kane había atrapado y llevado ante la justicia, ha salido de la cárcel y llegará al pueblo en el tren del mediodía para ... [+]
1 de enero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Will Kane, un respetado sheriff entrado en años, recién casado y al borde mismo del retiro, recibe la noticia de que Frank Miller, un famoso delincuente al que él mismo detuvo hace cinco años, ha cumplido su condena y regresa al pueblo con malas intenciones. Hombre íntegro hasta la médula, Kane se encontrará ante una difícil disyuntiva: quedarse y hacer frente a Miller o continuar con su plan y retirarse con su esposa a Sant Louis.
Zinnemann dirige un western atípico, con buenas actuaciones, un ritmo que se desarrolla a tiempo real y una buena fotografía. El héroe de la función resulta además muy humano a pesar de su porte duro y serio: tiene miedo, duda y no las tiene todas consigo. Además, su dilema es muy profundo y su acción resulta coherente con su forma de ser: si se queda tiene casi todas las posibilidades en su contra, si se marcha y los villanos le persiguen no podrá nunca vivir tranquilo y si se marcha y los villanos no le persiguen y se quedan en el pueblo, Kane tampoco podrá vivir tranquilo sabiendo que todos sus años de representante de la ley no han servido para nada, que la obra de su vida (una ciudad pacificada y legal) se ha venido abajo en un suspiro sin que él hiciera nada para evitarlo. Pero nadie parece entenderle y a medida que el tiempo corre, el sheriff se embarca en un camino descorazonador en busca de la ayuda de sus amigos y conciudadanos, encontrándose con una sucesión de negativas e impedimentos en las que el miedo, la mezquindad y los intereses particulares tienen mucho que ver.
Zinnemann dirige un western atípico, con buenas actuaciones, un ritmo que se desarrolla a tiempo real y una buena fotografía. El héroe de la función resulta además muy humano a pesar de su porte duro y serio: tiene miedo, duda y no las tiene todas consigo. Además, su dilema es muy profundo y su acción resulta coherente con su forma de ser: si se queda tiene casi todas las posibilidades en su contra, si se marcha y los villanos le persiguen no podrá nunca vivir tranquilo y si se marcha y los villanos no le persiguen y se quedan en el pueblo, Kane tampoco podrá vivir tranquilo sabiendo que todos sus años de representante de la ley no han servido para nada, que la obra de su vida (una ciudad pacificada y legal) se ha venido abajo en un suspiro sin que él hiciera nada para evitarlo. Pero nadie parece entenderle y a medida que el tiempo corre, el sheriff se embarca en un camino descorazonador en busca de la ayuda de sus amigos y conciudadanos, encontrándose con una sucesión de negativas e impedimentos en las que el miedo, la mezquindad y los intereses particulares tienen mucho que ver.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A lo largo de toda la película, Kane sólo obtendrá tres ofrecimientos: su segundo ayudante (quien se echará atrás al ver que nadie más acude), un borracho tuerto al que Kane se quita de encima con una moneda para un trago y que no vuelve a insistir y un niño de 14 años al que por razones obvias rechaza. Un "echao p'alante" que recula al ver que no hay nadie detrás, un borracho que no está del todo bien en ese momento y un crío que no sabe a lo que se está apuntando.
Podría haber tenido más voluntarios (en la iglesia hay tres o cuatro que se deciden a levantarse) pero irónicamente las palabras de dos personas muy diferentes los disuaden. Por un lado, el dueño del salón (que quiere la vuelta de Miller para aumentar sus beneficios y que acusa a Kane de encubrir una venganza personal) y por otra el que habla en último lugar (que aprecia al sheriff pero le pone a todos definitivamente en contra al afirmar que un tiroteo podría perjudicar la imagen del municipio, es decir, el sacrificio de la libertad y de la ley a cambio de que los villanos, convertidos de nuevo en amos del cotarro, no causen problemas vistosos ni dañen a nadie).
Al final, la única persona capaz de dejar a un lado sus prejuicios morales y manchar sus manos de sangre es su reciente esposa, la única al fin y al cabo que le quiere de verdad como para jugarse el tipo.
Podría haber tenido más voluntarios (en la iglesia hay tres o cuatro que se deciden a levantarse) pero irónicamente las palabras de dos personas muy diferentes los disuaden. Por un lado, el dueño del salón (que quiere la vuelta de Miller para aumentar sus beneficios y que acusa a Kane de encubrir una venganza personal) y por otra el que habla en último lugar (que aprecia al sheriff pero le pone a todos definitivamente en contra al afirmar que un tiroteo podría perjudicar la imagen del municipio, es decir, el sacrificio de la libertad y de la ley a cambio de que los villanos, convertidos de nuevo en amos del cotarro, no causen problemas vistosos ni dañen a nadie).
Al final, la única persona capaz de dejar a un lado sus prejuicios morales y manchar sus manos de sangre es su reciente esposa, la única al fin y al cabo que le quiere de verdad como para jugarse el tipo.