Alrededor del año 1900 y con los turcos a punto de invadir y conquistar Rumanía, un célebre e invencible príncipe guerrero vende su alma al mismísimo diablo para defender a su pueblo del inminente ataque otomano. El origen del más famoso de los Condes de la historia está teniendo lugar…Drácula, al servicio del pueblo.

Un novel director, Gary Shore, nos cuenta cómo nació el más popular de los vampiros cinéfilos. Y lo hace confiando tal seductor papel a un cada vez más conocido y efervescente action-man como Luke Evans, interpretando a Drácula. Cuando uno va al cine medio obligado u obligado entero a ver esta película (porque en cartelera hay títulos mucho más sugerentes como Perdida, Relatos Salvajes, Guardianes del Espacio o incluso Torrente 5), uno se teme lo peor. Pero según avanza el metraje te vas enganchando con la acción y los personajes y lo que parecía una película condenada al olvido y la pérdida de 5 valiosos euros, al final te quedas con un buen regusto en el paladar y con ganas de decirle a la rubia de la butaca de al lado que “…pues tampoco ha estado tan mal” o “…ha estado entretenida y se deja ver”. En definitiva, esta nueva versión de Drácula, con el príncipe Vlad al frente, gracias a su vibrante ritmo y esmerada fotografía, consigue que no se quede tan lejos de la referente Drácula de Bram Stoker ni pases tanta vergüenza ajena con en Brácula: Condomor II. Si quieres pasar un rato entretenido y olvidarte de los corruptos y sus black cards, palomitas para dos, por favor!!!!

Lo mejor: Las escenas con los cuerpos muertos y empalados. El momento ataque del ejército de murciélagos frente al batallón turco. No dura mucho y para un viernes noche ayuda bastante. Volver a oír la palabra Transilvania y que te entren escalofríos. El parecido del actor principal con el futbolista Martín Demichelis.

Lo peor: El final con tanto licántropo y chupasangre juntos por metro cuadrado, parecía Crepúsculo 4: Operación Maquillaje. Que el espectador no se atreva a ir al cine porque crea que va a ver una historia ya vista. Somos conscientes que el 85% de la película está hecha por ordenador y rodada sobre un fondo verde. Dominic Cooper pasaba por allí. Las escenas de terror se cuentan por cuenta gotas.

Nota: 7/10

Muchas más críticas en mi blog El Sacapuntas del Cine