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Voto de Fernando Garín:
5
Drama. Bélico Basada en la autobiografía de André-Carl Van der Merwe, "Moffie", en la que cuenta la historia de un recluta que se embarca en el servicio militar en la Sudáfrica de 1981. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2020
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer alquilé en FILMIN “Moffie” (Olivier Hermanus, 2019), uno de los estrenos LGTB postcuarentena más esperados. Había oído y leído tan buenas opinones que no pude resistirme a descubrir al que muchos consideran el mejor joven director sudafricano del momento.
Como a menudo ocurre, no hay peor chasco que una expectativa colosal y hoy me veo en la necesidad de justificar mi decepción con “Moffie”, término con el que se designa despectivamente a los homosexuales en afrikáans.
Por una parte, hay una historia de brutalidad, acoso y homofobia con componentes dramáticos de sobra que queda excesivamente diluida en un drama bélico con componentes raciales y pacifistas. Probablemente, una abundancia de temas que hacen que la temática gay desaparezca durante largos periodos del metraje. No seré yo quien niegue que la temática LGTB está destinada a tratarse con normalidad tangencial en el seno del cine contemporáneo. Pero es que “Moffie” plantea una historia concreta, rodeada de hechos reales acaecidos en los años 80, con un protagonista homosexual que afronta un conflicto por su condición. Y todo ello hace que me molesten las distracciones y el intento por abarcar temas muy complejos.
Por otra parte, el film de Hermanus recuerda demasiado a otros que ya están fijados en la memoria colectiva. Así ocurre en el primer encuentro erótico de Nick (“métete conmigo en el saco que vas a quedarte helado ahí fuera”), evocando a “Brokeback Mountain” (2005); o la supervivencia en la heteronorma de un ambiente masculinizado y sutil sensibilidad de “Moonlight” (2016), de la cual existen claras referencias fotográficas además de la escena de la playa, clímax de la soledad del personaje.
Pero si hay una referencia que lastra al film es la de “La chaqueta metálica” (1986). Las similitudes con la obra maestra de Kubrick no se le han escapado a nadie: la instrucción militar en los barracones, el sargento sádico, el suicidio de un recluta, la elipsis y posterior intervención militar… una estructura casi idéntica que hacen que “Moffie” corra el riesgo de convertirse en la versión gay de una de las mejores películas bélicas de todos los tiempos.
Hermanus intenta darle forma a su propia historia. Y añade algún toque documental y algo de ritmo musical como está mandado hoy en día. Incluso diría que es un testimonio valioso que cubre ciertas lagunas en el subgénero LGTB bélico. Pero no logra convencerme.
Y es que Nick se mueve en la extraña dicotomía de ser protagonista de su propia historia en ocasiones y mero espectador pasivo por momentos, algo que me desengancha de su mundo afectivo más de lo que me gustaría.
Para concluir, su final resulta demasiado abierto para que el espectador tenga la sensación de haber asistido a un sufrimiento vital del que extraer algo positivo.
Y yo gestiono mi decepción y recojo mis esperanzas recordando esa joya también sudafricana que es “The wound” (John Trengove, 2017), valiente, despiadada, tribal y profundamente personal.

Fernando Garín.
Fernando Garín
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