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Críticas de Fernando Garín
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Críticas 47
Críticas ordenadas por utilidad
3
22 de octubre de 2015
45 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
El principal error de la cinta, como ocurre en alta montaña, es salirse de la ruta marcada. "Everest" podría haber sido una buena historia épica de la trepidante aventura de un grupo de escaladores. Centrada en ser una mera película de acción y aventura, y con la tensión justa, habría resultado mucho más efectiva. Por el contrario, la tendencia del guión a aportar toques melodramáticos y sensibleros la convierte en un rotundo fracaso. Las conversaciones telefónicas entre uno de los protagonistas y su esposa rozan el ridículo, resultan redundantes y no te acercan al personaje. Es lamentable que el guión no haya sabido profundizar en un grupo de escaladores que podría haber dado mucho más de sí. Es tradicional el hecho de que en películas de catástrofes muy corales, como ocurre en este caso, los personajes sean planos y unidimensionales. Una aventura de tamaña dimensión, con un entorno espléndido y basada en un hecho real conmovedor, podría haber servido para construir unas relaciones más complejas y evolucionadas entre los diferentes personajes. O, simplemente, haberse conformado con ser un entretenimiento vibrante para el espectador. Desafortunadamente, a "Everest" le faltó una buena hoja de ruta y termina despeñándose al vacío.
Fernando Garín Jansa.
Fernando Garín
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8
22 de diciembre de 2019
21 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Los dos papas” (Fernando Meirelles, 2019) confirma la abrumadora posición que está ocupando Netflix en el panorama cinematográfico actual.
El film da testimonio de uno de los hechos más fascinantes de la historia reciente: la coexistencia de dos papas en el seno de la Iglesia Católica. E impresiona por su estilo al filmar el boato y artificiosidad del Vaticano, complementando la canallesca visión de Sorrentino en “The Young Pope” (HBO, 2016).
Destila detalles de auténtica magia cinematográfica. Sus tomas cenitales, primeros planos, zooms y travellings desvelan una maestría inigualable a la hora de retratar espacios que se convierten también en personajes.
Combina con sabiduría dos partes bien diferenciadas: una de corte documental, realista y objetiva; y otra mucho más teatral, intimista y personal. El resultado es que el espectador asiste con veracidad a los entresijos que propiciaron un esperanzador cambio al frente de la Iglesia Católica.
Probablemente decepcionará a los que esperaban del comprometido Fernando Meirelles un relato mucho más crítico con los erráticos comportamientos recientes de la Iglesia. Incluso algunos percibirán una visión demasiado complaciente con las sombras de Ratzinger o el comprometido pasado de Bergoglio. Pero su actitud timorata a este respecto se ve de sobra compensada con las celestiales interpretaciones de Hopkins y Price (ambos candidatos al Globo de Oro). Ellos sostienen el peso de la película con un duelo interpretativo que aborda cuestiones teológicas y humanas con toques de ternura y de comedia geriátrica. Al fin y al cabo, un papa es un hombre como cualquier otro. Y Meirelles parece recordarnos que lo importante es que ese hombre, con sus imperfecciones, no olvide nunca de dónde viene.
Fernando Garín
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6
20 de abril de 2021
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco nuevo se puede decir sobre la gran favorita para los Oscar. “Nomadland” (Chloé Zhao, 2020) ha encandilado a la crítica y lo ha ganado prácticamente todo este año. Pero mis impresiones se separan de la opinión mayoritaria.
Sobra decir es una película sorprendente y genuina, aunque la sitúo muy lejos de la brillantez que parece rodearla.
Comenzaré con lo positivo. Sin duda es un film impregnado de originalidad. Muestra con maestría una realidad totalmente desconocida: la vida nómada. Un grupo de personas tan singular como heterogéneo, que se mueven constantemente sin rumbo fijo únicamente apegados a la naturaleza. Imposible no evocar la iconografía del western, con Arizona como escenario principal y moviéndose en furgoneta en lugar de a lomos de un caballo. Y Fern, personaje interpretado magistralmente por MacDormand encarna a la perfección la mirada de hielo del solitario vaquero sin pasado que tantas veces nos ha guiado por las aventuras de la frontera. Una lástima que el relato de “Nomadland” nunca de el salto de la reflexión a la acción, esencia del arquetipo del héroe.
No cabe ningún reproche a su primera parte. Asistir al día a día de Fern es una experiencia tan realista que revela que Zhao se mueve mucho mejor en el falso documental que en el drama. Y es que la primera media hora es un ejercicio periodístico de ficción genialmente rodado, donde el espectador va descubriendo una forma de vida que constituye un testimonio cargado de emoción y verosimilitud.
También Zhao hace un buen despliegue técnico en lo referido a su particular concepto de la poesía visual (magníficas fotografía y música). Frances MacDormand constituye la culminación de las interpretaciones sobrias y realistas, donde los silencios y las miradas perdidas en el infinito permiten al espectador ir digiriendo todas las incógnitas que generan las elipsis narrativas. Se nota que esta película nace gracias a una apuesta muy personal de la propia MacDormand tras leer el libro de la periodista Jessica Bruder “País nómada: supervivientes del siglo XXI”; incluso la elección de la directora, a la que descubrió con “The Rider” (2017) fue suya. El resultado es que no existiría Fern sin Francis.

Y hasta aquí, lo bueno. Porque la segunda parte del film muestra claros signos de agotamiento. Tras explorar el potencial documental de la historia, el relato comienza a resquebrajarse a medida que explora las potencialidades dramáticas y se introducen nuevos personajes. Desconecto totalmente que las subtramas que se introducen y que aportan más bien poco. El resultado es una película irregular que no alcanza consigue lustre por las deficiencias de un guion demasiado estático.
Otra de sus debilidades está en el confuso mensaje que envía. Dice el dicho que soplar y sorber, todo no puede ser. Y es que detrás del lirismo del film, se exhibe la contradicción de enaltecer una vida alternativa que, al mismo tiempo, debe ser financiada por un sistema capitalista del que resulta imposible escapar. El desgarrador efecto de la soledad queda más que palpable. Pero las lecturas en clave de conciencia social y cultura de clase le quedan demasiado grandes.
“Nomadland” queda muy lejos de ser una película redonda, aunque seguramente logrará alzarse como la película del año 2020, dejando claro que este ha sido un año realmente duro para la producción cinematográfica.
Fernando Garín
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7
8 de noviembre de 2019
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Secretos de estado” (Gavin Hood, 2019) está bastante por encima de las tibias críticas que ha recibido. Concilia eficazmente el intenso thriller de espionaje y la intimidad de la historia real de una mujer contra el poder, brillantemente encarnada por Keira Knightley. La trama periodística remite inevitablemente a “Spotlight” y “Los archivos del Pentágono”, colosales obras del género, pero hay bastante elegancia en el estilo documental y sobrio de recrear los movimientos previos a la invasión ilegal de Irak. Ralph Fiennes como veterano abogado defensor de los derechos humanos resulta un secundario de lujo. Sin aspavientos, emite un mensaje claro y directo: si no escuchas a tu conciencia, la inmoralidad toma el control.
Fernando Garín
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8
16 de octubre de 2019
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Inquietante" es la mejor palabra para definir "The Audition" ("Das Vorspiel", 2019). Esta maravilla de Ina Weisse tiene inevitables reminiscencias de Haneke, pero también su identidad propia. Anna, magistralmente interpretada por Nina Hoss (Concha de Plata más que merecida), es la encarnación de una mujer obsesiva y patológicamente autoexigente que destruye todo lo que toca. No levantó grandes aplausos en el Festival de San Sebastián, pero es normal; es demasiado obscena para resultar amable, demasiado creíble para querer amarla y suficientemente perversa para no generar empatía. Un espejo en el que resulta difícil mirarse.
Anna no es la “tarada” que alguna crítica soez recoge; Anna es el deseo de perfección que está en todos nosotros, que conduce a la autoexigencia y, probablemente, a la frustación; y de ahí a la infelicidad hay un paso muy pequeño. Salí del cine un poco tocado, supongo que como todos… y me dije: “Cada día voy a perdonarme más cosas; a mí y a los demás”. ¿Seré más feliz?
Fernando Garín
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