Sin duda una película que marcó una época y a una generación pues yo todavía cuando veo esta película me gusta a pesar de saber que los años la han envejecido bastante mal.
Los Gremlins eran unos muñequitos encantadores que todos llegamos a desear que fueran verdad, poder encontrar uno de ellos y que no fuera de peluche, hasta ese punto llegó a marcar a la nueva generación.
Una película genial y divertida, no apta para niños, las bromas y sarcasmos son demasiado crueles para los menores de la casa, la película presenta una nueva dosis de amor solo apta para adultos.
Es un cuento navideño al estilo Burton pero ambientada en la clásica y soñada América profunda con sus pueblos de vida maravillosa y sus gentes encantadoras donde nada sucede hasta que un día viene un “bicho encantador” y se moja y lo caga todo.
La idea es realmente original, no pueden comer después de media noche, no les puede dar la luz del día ni tampoco se pueden mojar...¿quién tuvo esa idea?, como he leído en otra crítica, esa idea tan simple no hubiese tenido cabida hoy en día pero sin embargo algo tan sencillo sigue siendo recordado por nuestra generación y los niños de hoy en día no recuerdan para nada los efectos de las nuevas películas.
Sin duda, una película de culto aunque el pasar del tiempo le haya sentado muy mal.