No han esperado mucho los responsables de Red, para ofrecernos una secuela. Seguramente lo justo y necesario como para cuadrar las agendas de sus estrellas. En esta ocasión, el film está dirigido por Dean Parisot, en lugar de Peter Schwentke, y a los Willis, Mirren, Parker y Malkovich se han sumado Catherine Zeta-Jones y Anthony Hopkins, además del coreano Lee Byung-Hun que aporta cierta nota exótica.

Si la primera parte se nos ofrecía como un film sin excesivas pretensiones y con cierta mirada que combinaba la nostalgia y la autoparodia, en esta ocasión, se ha querido ir mucho más allá, colocando a los personajes en una compleja trama con consecuencias que pueden ser desastrosas. Claro que si la trama del primer film era de por si poco creíble, la de esta segunda mitad es del todo inverosímil, y parece realizada expresamente para dar cancha al variado elenco de actores y que cada uno tenga su lugar para el lucimiento.

Por otro lado, pese a que en esta segunda entrega los protagonistas se mueven bastante más por el mundo, y más concretamente por Europa (con escalas en París, Moscú y Londres), y también hay algo más de acción, se echa de menos el "punch" de las escenas de acción de la primera mitad mucho más contundentes, siendo sustituida la contundencia por la espectacularidad en la segunda. Y no hablemos de desperdiciar personajes como el del coreano Byung-Hun, cuya intervención podría haber dado más de sí, o la relación entre los personajes de Helen Mirren y Brian Cox, relegada casi a la anécdota. Pese a todos los giros de guión, todas las andanzas y situaciones variadas que viven sus protagonistas, es inevitable echar más de una mirada al reloj, algo imperdonable en un film que pretende ser entretenido. Y es que el espectador desconecta fácilmente de la trama.

Al final del camino sólo queda aprovechable la presencia de los actores protagonistas que saben darle el tono apropiado y también tienen la capacidad de reírse de sí mismos, para fabricar un film que termina naufragando entre la acción, la nostalgía y la comedia.