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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
8
Comedia. Drama La película consta de seis episodios que alternan la intriga, la comedia y la violencia. Sus personajes se verán empujados hacia el abismo y hacia el innegable placer de perder el control, cruzando la delgada línea que separa la civilización de la barbarie. (FILMAFFINITY)
2 de mayo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fórmula de presentar un largometraje a base de diversos episodios con mayor o menor conexión entre ellos, ha sido siempre complicado de valorar. En la mayoría de casos, lo que predomina es la irregularidad, con uno o dos episodios muy por encima de un resto que roza la línea de la mediocridad. En otras ocasiones, se juntan las aportaciones de diversos realizadores alrededor de un tema común en el que se intenta que siempre haya algún director mediático que ejerza de "gancho" para atraer al público, aunque el resultado final también suele estar lastrado por la irregularidad de las propuestas en su conjunto.

Con estas premisas el realizador Damián Szifron nos ofrece un conjunto de relatos, totalmente independientes entre sí, en el que se podría decir que el tema común es la violencia, la ira, la venganza, y en ocasiones todo a la vez. Tras un breve prólogo en el que el realizador juega con una aparente, y, en ocasiones, divertida casualidad, que en realidad resulta no ser tal (y en la que la realidad se ha encargado de superar una vez a la ficción), van desfilando por la pantalla diversas situaciones como el de una camarera de un bar de carretera perdido en el que se presenta el tipo que le arruinó la vida, una disputa entre conductores, un ciudadano enfadado con la administración, los arreglos de una persona adinerada para salvar a su hijo de un incidente y una boda que tiene un desarrollo de lo más inesperado. Cada uno de las historias que nos cuenta Szifron tiene su principio y su fin, a modo de pequeñas películas, con sus propios protagonistas y ambientadas en escenarios bien diversos y variados que va de la populosa capital de Buenos Aires a solitarias e interminables carreteras pasando por bares de carretera de mala muerte o fastuosas salas de celebraciones. Cabe destacar un buen trabajo de puesta en escena con añadido de contar con un buen reparto en el que destacan Leonardo Sbaraglia, Darío Grandinetti, Érica Rivas y por encima de todos el siempre inmenso Ricardo Darín.


Se trata de historias que Szifron lleva a los extremos, provocando un estallido de violencia en el/los protagonistas que llevará en la mayoría de casos a funestas consecuencias. De hecho, el film se podría haber subtitulado "Varios días de furia" en referencia al conocido film protagonizado por Michael Douglas. Al margen que en algunos episodios es una conducta particular (y ampliamente conocida) de unos de los personajes la que provoca los acontecimientos, los capítulos más interesantes de este largometraje tienen que ver con reacciones airadas de ciudadanos anónimos que se topan ante el muro de la incomprensión y la desidia de la administración del Estado, o con la constatación que las clases más poderosas tienen recursos suficientes como para evitar que el peso de la ley caiga sobre ellos, aunque sea a costa de corromper el sistema. Szifron aprovecha para cargar las tintas, no sólo en determinadas actitudes personales, sino también para arrojar una mirada crítica hacia el Estado y sus clases dirigentes.

El otro gran acierto del film es saber escoger historias "universales". Aunque claramente ambientado en escenarios argentinos, y con actores patrios, la película se podría hacer en cualquier parte del mundo, ya que retrata situaciones comunes que la mayor parte de los espectadores hemos vivido en mayor o menor medida. Con el añadido además que pese a que los acontecimientos acaban derivando a situaciones extremas, no deja de tener una pátina realista o por lo menos que pensemos que en determinadas circunstancias puede ser factible lo que vemos.

Pese a que hay algunos episodios que están por encima, y que el espectador tendrá uno o dos favoritos claros, Szifron sale bastante airoso de la prueba. Se le ha querido comparar a los films de Tarantino (cosas del marketing) pero lo cierto es que más allá que se trata de un film violento, pocas cosas comparte con el director de "Pulp Fiction". En realidad , bajo todos esos instintos más primarios desatados en los diversos capítulos, subyace una mirada crítica, hacia la despersonalización de la administración estatal así como a las desigualdades sociales así como a la corrupción, aspectos que no sólo están presentes en la sociedad argentina. Quizás el problema es que los estallidos de ira son tan ruidosos que esta mirada queda un tanto oculta.
manulynk
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