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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
7
Drama Irlanda 1922. Traición entre amigos para un conocido filme de Ford. Rodada en apenas 3 semanas. En el agitado Dublín de los años veinte, Gypo Nolan, un tipo sin oficio ni beneficio, expulsado del Ejército de Liberación Irlandés y con tendencia a empinar el codo, sueña con viajar a Estados Unidos en compañía de su novia, Katie, que se gana la vida como prostituta. Animado por la recompensa que ofrecen las autoridades, Gypo delata el ... [+]
5 de abril de 2009
19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El realizador John Ford, muy recordado por sus excelentes westerns ubicados en Monument Valley tenía además una especial predilección por su país de orígen, Irlanda, como lo demuestran las bellísimas películas en las que volcó con mimo toda la poesía de que era capaz (que era mucha). Ambientado en Dublin, en el año 1922, toda la acción sucede en realidad durante una noche, en la que el bravucon Gypo Nolan (Victor McLaglen) se debate entre la fidelidad a sus ex-compañeros del IRA y la recompensa que ofrecen las autoridades británicas por uno de ellos que le permitiría iniciar una nueva vida.

La película, es excesivamente deudora del cine mudo, como lo demuestran los numerosos insertos que intentan dar explicación a determinadas situaciones, así como la excesiva expresividad del personaje principal, con una interpretación quizás un tanto exagerada por parte del genial Victor McLaglen, que compone un más que creible rol de personaje atormentado por la duda primero y los remordimientos después, a pesar de lo cual es inevitable sentir simpatía por él. Otro tema importante es la delicadeza con la que Ford, y su guionista Dudley Nichols, tocaron un tema tan peliagudo como la situación de Irlanda en los años 20, centrando el foco en la persona de Gypo Nolan, y eludiendo con habilidad una excesiva politización del asunto, a pesar que el tema podría dar pie a ello. A pesar de que es inevitable tocar el tema de una forma aunque sea indirecta, y desde luego quedan bastante claras las posturas de guionista y realizador pese a su aparente neutralidad, pese a la sutileza de su tratamiento el cual declina tomar partido de forma explícita.

También llama la atención es la influencia que tiene el film de la estética expresionista que le es muy util a Ford para recrear la noche que nos está contando casi como si fuera una pesadilla (sobretodo las vacias calles de Dublin), al mismo tiempo que le sirve para enfatizar determinadas secuencias (hacia el final de la cinta). A la hora de valorar el film, hay que tener en cuenta que se trata de uno de los primeros films sonoros de John Ford, en el que aunque apunta buenas maneras, no cabe duda que se trata de un film "menor". Uno además, que ha envejecido demasiado, y que hoy nos parece un tanto simplón, con unos personajes excesivamente unidimensionales y esquematizados, lo que le resta de profundidad al conjunto.

Además algunas asociaciones son demasiado simplistas como la de Gypo con Judas, intentando dar al film un cierto aire bíblico que no le pega en absoluto. Pese algún que otro buen acierto (sobretodo alrededor de la composición de su protagonista que pasa de la duda, al remordimiento y terminando en la compasión), el film dista mucho de las grandes obras que el realizador nos ofrecerá en los próximos años
manulynk
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