En su primer film, Iñárritu nos habla de diferentes personajes ligados entre sí por un accidente de coche (algo semejante a "Crash"). Concretamente nos cuenta tres historias diferentes con tres protagonistas distintos como hilo conductor: Octavio (Gael Garcia Bernal), un joven de procedencia humilde que tiene que recurrir a ilegales peleas de perros para conseguir el dinero para fugarse con su cuñada de la que está locamente enamorado, Valeria (Goya Toledo), una guapa modelo cuya carrera (y vida personal) queda truncada debido al accidente, y "el Chivo", un curioso personaje que bajo su fachada de mendigo coleccionista de perros abandonados, se esconde un asesino a sueldo. Uno de los principales logros de este film es su excelente guión (elaborado por Guillermo Arriaga), que sabe conectar estos personajes no sólo por coincidir de forma casual en un momento y en un lugar determinado, sino que también comparten un espacio emocional y social en su dimensión como personas. Todos ellos se mueven en espacios marginales, unos por elección, otros porque no han podido elegir y otros por la fuerza, apartados de una sociedad en la que sólo cuentan los triunfadores.

Pero no sólo los físicos, derivados de la pobreza y la miseria sino también sentimentales. Todos los personajes se mueven en los márgenes sociales y morales que marca la sociedad (Octavio por su ilícita relación con su cuñada, Valeria por su relación con un hombre casado, y el "Chivo" por su ocupación secreta), cuyas acciones lo que es aprovechado por el director y guionista para ofrecernos una metáfora sobre nuestra sociedad contemporánea en general agobiada por la necesidad de triunfar, al precio que sea, con graves problemas de comunicación y que les lleva a aislarse voluntariamente de todo el mundo. Si bien las bases sobre las que se sustenta este film son aciertos sobretodo de guión, no se le deben negar sus aciertos visuales, sobretodo cuando quiere retratar las situaciones más marginales como son los mundos de Octavio y el "Chivo", espacios sucios, cerrados y poco luminosos donde predominan los colores oscuros en contraposición de la excesiva limpieza visual (pero igualmente aislada) en la que se mueve Valeria.

También es destacable el dinamismo del film, la sensación de movimiento continuo de las historias de Octavio y el Chivo cortadas por el escesivo inmovilismo de la de Valeria (reforzado además por su problema en la pierna), que de alguna forma sirve de contrapeso y de nexo de unión entre ambas historias. No es un film perfecto (quizás el episodio de Valeria es excesivamente largo para lo poco que cuenta), pero se trata de un film que tiene muchos más aciertos que defectos y que cuyas historias contadas al límite enganchan e interesan y además contiene una sutil reflexión sobre nuestra socieadad. No se le puede pedir mucho más a una ópera prima.