El conocido dicho “la realidad supera la ficción” pocas veces es tan cierto como en esta absurda película firmada por Grant Heslov, basada en hechos reales.
Y es que la trama no es para menos. Bob Wilton (Ewan McGregor) es un reportero que viaja a Iraq en busca de una noticia que le haga famoso. Allí conocerá a Lyn Cassady (George Clooney), un curioso personaje que le proporcionará una exclusiva, aunque no precisamente la que andaba buscando. Y es que Cassady le cuenta una inverosímil historia sobre un grupo del ejercito secreto (llamado el ejército de la Nueva Tierra), creado por otro peculiar personaje, Bill Django (Jeff Bridges), en los tiempos de la guerra de Vietnam, cuyo principal ideario parece estar sacado a partes iguales de la película “la guerra de las galaxias” y de un larguísimo viaje de éxtasis.
A medida que avanza el metraje, el film deviene por derroteros cada vez más absurdos, en una especie de viaje alucinante (o alucinógeno, según se mire). Como trasfondo del mismo, parece haber una cierta mirada más burlona que crítica acerca de los métodos del ejército norteamericano en particular y de la guerra en general, sustentado por cuatro primeros espadas como son los citados McGregor, Clooney y Bridges, a los que hay que añadir a Kevin Spacey que es quien completa el cuarto.
Sin lugar a dudas, lo mejor de la película se encuentra en la inteactuación de los cuatro actores, los cuales parecen quedar contagiados por el clima de absurdo del film, y más que actuar nos ofrecen una terapia de “relax” para encarar nuevos retos. Y es que es muy difícil tomarse en serio un film que no los propios responsables parecen hacerlo. Heslov nos ofrece un verdadero “divertimento”, sin ahondar demasiado en la historia y sin buscar en ningún momento “hacer sangre” con ciertas situaciones, dejando el film en manos de sus cuatro protagonistas principales los cuales parecen haberselo pasado en grande durante el rodeje del mismo.
Y aquí está lo mejor y lo peor de esta película. Por un lado, volvemos a recuperar a buenas sensaciones sobre estos actores, alguno de ellos casi desaparecido en los últimos años (es el caso de Bridges), y otros siempre vinculados a films excesivamente comerciales (caso de Clooney). Pero por otro lado, en este film sin pies ni cabeza, la excesiva ligereza con que se toca el tema, nos deja un tanto descolocados, y no acaban de quedar claros los motivos del realizador, más allá de pasar un rato agradable con unos cuantos amigos. El problema viene cuando se termina el film y se encienden las luces y nos preguntemos el motivo de lo que acabamos de ver. Y ahí es donde observamos que tras toda esta absurda e inverosímil historia que nos cuenta Grant Heslov ayudado por la inestimable colaboración de cuatro buenos intérpretes, no hay por donde agarrarla.
Con el tiempo este film quedará seguramente como una anécdota, si no es que ya ha quedado así....