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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
7
Drama. Thriller Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos, es un personaje clave en la historia del terrorismo internacional de los años 70 y 80. Considerado por algunos una figura de la extrema izquierda romántica, de hecho era un mercenario oportunista que trabajaba para los servicios secretos de cualquier potencia de Oriente Medio. Además, llegó a formar, al otro lado del Telón de Acero, una organización que estuvo activa durante los últimos años de la Guerra Fría. (FILMAFFINITY) [+]
19 de marzo de 2012
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Ahora que el terrorismo internacional está en la orden del día, a Olivier Assayas se le ha ocurrido repescar una figura que se convirtió en un mito: Carlos, apodado "el chacal", el cual inspiró alguna que otra buena película en los 70, y alguna que otra no tan buena en los últimos años.

Assayas ha querido ser muy ambicioso al intentar acaparar la vida del terrorista sudamericano prácticamente desde el momento en que apareció por Europa ofreciendo sus servicios a grupos terrorista islamistas hasta su captura final por parte de las autoridades francesas (no creo que desvelar este dato implique ninguna sorpresa puesto que es del dominio público). Esta ambición junto a la voluntad de ser detallista con los acontecimientos hace que en los cines se haya chocado frontalmente con intereses comerciales. El realizador ha exhibido en festivales una película de 5 horas y media, mientras que en las salas comerciales se ha estrenado con un metraje de 140 minutos.

Dicho de otra forma, el que haya visto la miniserie, habrá visto con pelos y señales la actividad del terrorista y sus relaciones con otros grupos terroristas con los que colaboró, mientras que el que haya visto la película, tendrá la sensación de ver una historia fragmentada en la que sólo entran los hechos más conocidos.. Aún así, aunque cogido con pinzas, el realizador consigue que entendamos la escalada revolucionaria en un contexto internacional en el que grupos con ideologías diferentes se unían para llevar sus actos fuera de las fronteras habituales para hacerse eco a nivel internacional.

Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos queda bastante diluido con diversos personajes apareciendo y desapareciendo sin tener muy claro el porqué, o acciones contadas al detalle (como la citada a la reunión de la OPEP) u otras totalmente desaparecidas. El único personaje, y lógico hilo conductor es el de Carlos, convincentemente interpretado por Edgar Ramírez. El dibujo de un personaje con firmes convicciones revolucionarias pero que al mismo tiempo tiene tendencias narcisistas y claros síntomas de megalomanía es de lo más acertado de la cinta que nos ofrece Assayas.

Como intención, la propuesta de Assayas es muy meritoria, retomando una época y unos acontecimientos nunca aclarados del todo. Como realización práctica, el recorte con miras comercial lo deja en un aperitivo, o, mejor, una muestra de lo que puede ser el film y a esperar que cuando llegue a las televisiones se emita entero en forma de mini-serie, único formato en el que puede tener más aceptación una cinta tan larga.
manulynk
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