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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
10
Comedia. Romance Durante una visita a Roma, Ana, la joven princesa de un pequeño país centroeuropeo, trata de eludir el protocolo y las obligaciones que implica, escapándose de palacio para visitar la ciudad de incógnito. Así conoce a Joe, un periodista americano que busca una exclusiva y finge desconocer la identidad de la princesa. La pareja vivirá unas jornadas inolvidables recorriendo la ciudad. (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El reto de William Wyler en este film es de difícil salida, ya que, visto en términos generales, la trama parece sacada de un cuento de hadas (¿”la princesa y el mendigo”?), pero al que se le quiere dar el escenario real de la Roma de los años 50, la misma época en que se rodó el film. En ese escenario, una joven princesa (interpretada por Audrey Hepburn), abrumada por las obligaciones oficiales, decide escaparse para “vivir” como el resto de los mortales, y en su deambular por el mundo se tropieza con un periodista (Gregory Peck), agobiado por las deudas que al reconocerla, intenta sacar una buena tajada.

Lógicamente, lo que nos propone Wyler en este film sabemos que es algo prácticamente imposible, sin embargo, y a pesar de todas las reservas, acabamos cautivados con el excelente tratamiento que le da a la historia, con unas pinceladas de alta comedia, centrada únicamente en la pareja protagonista, cuya química funciona a la perfección, ella destilando elegancia, inocencia y “glamour” por cada uno de los poros de su piel, y él de ambiguo e improvisado “Cicerone”, que acaba sucumbiendo al encanto natural de la princesa. En este sentido, Wyler acierta, no imponiéndonos una historia de amor que, ambientada en un escenario real y con personajes supuestamente reales (aunque nunca llegamos a saber la verdadera nacionalidad de la princesa), resulta imposible, sino más bien, lo que nos cuenta Wyler es mucho más mundano y por ello, real: el enamoramiento de dos personas, un hombre y una mujer.

Esto es lo que queda, en esencia del film, dos personas, recorriendo Roma en plan turistas, y de cómo se acaban atrayendo mutuamente. Además, el realizador adereza la historia con diversos pasajes de corte cómico, pero contenido, con excelentes escenas planificadas para arrancarnos una sonrisa. De alguna forma, Wyler consigue que Roma, la ciudad eterna, sea un escenario ideal (por cierto sin apenas decorados y mostrando los auténticos y genuinos monumentos de la ciudad), para reducir a ambos personajes a la mínima expresión, despojados de sus atributos iniciales: ella deja de ser una princesa, y él un periodista norteamericano “exiliado” en Roma, para convertirse únicamente en dos personas que, por un breve momento disfrutan de la mutua compañía y del “tour turísitico”, en una especia de versión de la “Cenicienta” al revés (no es una mujer anónima que por una noche se convierte en princesa, sino más bien una princesa que por un día se convierte en una mujer anónima).

Por un día todo es posible, pero cuando éste acaba, todo debe volver a su sitio. Si la magia del cine es transportarnos a otros mundos o lugares, Wyler consigue traspasar ampliamente estas expectativas, llevándonos a una Roma “real” y convirtiendo a sus dos protagonistas en dos personas reales, que viven un día inolvidable en la capital italiana. Inolvidable para nosotros sobretodo.
manulynk
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