Basada en una novela de Alejandro Dumas, y dirigida por George Cukor, el film es un melodrama de aires trágicos que trata de la vida de una mujer que se mueve en las altas esferas de la sociedad francesa del siglo XIX, Margarita Gautier (Greta Garbo), viviendo de ofrecer sus encantos y su compañía a hombres adinerados, lo que le permite llevar una vida llena de fiestas y diversión. Cukor se mueve con elegancia dentro de este sofisticado melodrama que tiene un trasfondo un tanto “delicado”, puesto que se habla de una cierta forma de prostitución pero permitida y consentida, por más que pese a su fama y respeto que tiene en los ambientes en que se mueve, Margarita tiene un trasfondo de infelicidad. Desde el principio, Cukor nos encuadra dentro de este mundo de sofisticación y frivolidad con unas breves escenas, para después centrarse realmente en el tema principal que no es otro que el de una relación a tres bandas.
El resto de personajes es secundario y solo tiene un papel funcional con respecto a los protagonistas. Margarita debe decidir entre dos hombres diferentes que le ofrecen dos formas de vida bien diferentes. Por lado tiene al barón de Varville (Henry Daniell) que el adinerado de turno con el que puede mantener su elevado tren de vida y una total despreocupación por los asuntos monetarios. Por el otro a Armand, más joven que ella (otro tema un tanto escabroso para lo que es la puritana sociedad norteamericana de los años 30), que prácticamente sólo le ofrece amor incondicional, y está dispuesto a dejarlo todo por conseguirlo. Cada uno de los personajes masculinos representa claramente los dos aspectos entre los que se mueve Margarita: el dinero y por tanto la comodidad que representa el barón y el amor verdadero que representa el joven Armand.
Como suele suceder en casi todos los films de Cukor, la verdadera protagonista es la mujer, el barón se limita a ciertas apariciones destinadas a aumentar la carga melodramática, y las dudas en Margarita. Mientras que Armand tampoco pasa demasiado del esquematismo del amante idealista y posesivo. Es ella, la que realmente soporta el peso del film, girando toda la trama a su alrededor.
También influye la presencia de Greta Garbo, una actriz descomunal cuya presencia era capaz de ensombrecer todo lo que hubiera a su alrededor. Es lo más destacable del film, pese al buen hacer del resto del reparto y del director encuadrando a los personajes en un mundo de lujo y dirigiendo una sutil mirada hacia esa forma de vida un tanto ligera y sobretodo marcada por una profunda hipocresía social. Cukor filma con profesionalidad este melodrama, incidiendo en el aspecto más trágico del tema, sin concesiones a la comedia.