El director Julian Arnold, se aprovecha de un hueco en la biografçia de la conocida escritora del siglo XIX, Jane Austen para rellenerlo con una historia de amor imposible que de alguna forma marca a la futura escritora. El film entra de lleno en aquella sociedad fuertemente ligada a los convencionalismos establecidos (sobretodo económicos).

La joven Jane Austen (Anne Hathaway) se debate entre hacer lo que le pide la sociedad y aceptar la propuesta de matrimonio de un rico heredero, o bien hacerle caso a su corazón que prefiere a un prometedor (y problemático inicialmente) abogado, Thomas Lefroy (James McAvoy). El director juega con la idea de trasladar el universo creativo de la escritora, cuyas principales novelas han sido adaptadas a la gran pantalla, a su propia vida, al margen de la credibilidad o no de la historia. Y lo hace de forma impecable, retratando en pocos trazos la rigidez de una sociedad sobretodo para una mujer joven y casadera.

El film sin grandes pretensiones y con sencillez funciona de maravilla, quedando casi a la altura de las propias adaptaciones de la escritora. Destacar sobretodo la actuación de Anne Hathaway, maravillosa y totalmente creible en su papel. Es una de esas películas sencillas que acaban dejando una buena sensación.