El film, basado en una novela de Edith Wharton, está ambientado en Boston a finales del siglo XIX y retrata una historia de amor imposible en una encorsetada sociedad más que acomodada. Es el amor que siente Archer (Daniel Day Lewis) por la condesa Olenska (Michelle Pffeiffer), pese a estar prometido a May (Winona Ryder). Dicha relación imposible se va fraguando a base de las numerosas reuniones que mantienen por cualquier motivo. Esto le sirve a Scorsese para retratar la rigidez no sólo social sino también moral, por parte de un grupo minoritario, que se asienta sobre un buen número de normas preestablecidas.

En medio de toda esa rigidez, la historia de amor (o desamor) entre Archer y la condesa Olenska tiene lugar más a base de silencios que de palabras, de insinuaciones de cámara que no de acciones. Y para reforzarlo el director se sirve de una omnipresente voz en "off" que nos va ilustrando detalles generales del comportamiento social de estos bostonianos acomodados, y particulares de la pasión entre Archer y Olenska.

De este modo, mientras ambos personajes coinciden de forma más o menos casual en las diversas recepciones y demás acontecimientos sociales, siempre rodeados de otras personas, a modo de escrutadores implacables, el proporcionar dicha información, convierte al espectador en partícipe de esa sensación que siente Archer incapaz de dar rienda suelta a su pasión y totalmente atrapado en el convencionalismo de la época. Hay que reconocer que el retrato de Scorsese es extremadamente minucioso, no sólo en cuanto a comportamientos sociales, vestuario, etc sino que se demuestra una gran preocupación en los elementos más puramente ornamentales, quizás para demostrar tanto la opulencia como la superficialidad e hipocresía de una sociedad excesivamente rígida, atada a unos convencionalismos que hacen a sus miembros prisioneros de estas mismas formalidades.

En este sentido, tanto Archer como la condesa Olenska se encuentran atrapados, más bien encorsetados dentro de todo esta red de hipocresía fabricada por sus propios miembros. El film cuenta con un excelente reparto y sobretodo con dos excelentes interpretaciones de Daniel Day-Lewis.y Michelle Pfeiffer. A pesar de ello se trata de un film fallido, ya que Scorsese, fuera de las calles de Nueva York se entretiene y recrea tanto en los detalles, que el sutil mensaje implícito apenas llega, oculto entre tanto alarde y ornamento, lo que le obliga a introducir una voz en "off" que se hace demasiado presente, para ayudar al espectador a descifrar los silencios, los dobles sentidos y las miradas de los personajes, mientras la cámara se detiene en asuntos aparentemente triviales, tanto, que dicha voz se ve obligada a seguir un ritmo cadenciosamente lento que contribuye a recargar aún más el film pese a que su presencia ayuda entender lo que Scorsese no sabe decir con la cámara.