La directora Mimi Ledder nos ofrece un film que trata sobre un robo. La presencia de un "primer espada" como es Morgan Freeman junto a Antonio Banderas en plan primer escudero, ya nos muestra la intención de la directora de buscar un equilibrio entre las pretensiones "serias" y las comerciales.

En esta historia, en la que ambos protagonistas planean un robo prácticamente imposible, la directora parece querer enfocarlo en el contraste entre la experiencia de Ripley (Freeman) un maduro y experto ladrón, que siempre consigue su propósito sin acabar en la cárcel, y Gabriel (Banderas), un joven e impetuoso ladrón. Sin embargo, apenas se incide en este hecho, prácticamente como si ya se diera por hecho. En cambio, el film se dirige más a mostrarnos el romance de Gabriel con Alex (Radha Mitchell), ahijada de Ripley y tercera en discordia, aunque no quiere tener nada que ver con el robo.

En realidad, parece que a Ledder le interesa más mostrar la relación de Banderas y Mitchell, que no la relación (profesional) con Ripley, que se limita a una cierta tirantez inicial, para luego introducir alguna secuencia que nos muestre lo alto que está el listón para hacerse con el botín, para después filmar el robo en sí, que ocupa la parte final, en la que la directora se guarda unos cuantos ases en la manga para ofrecer al espectador alguna que otra sorpresa.

En el fondo, vemos que las escenas de amor entre Gabriel y Alex son una mera pantalla, casi para despistar al espectador de lo que en teoria es el tema central del film (y de paso mostrar un poco de "chicha" de los protagonistas más jóvenes), y luego sorprenderle con algún que otro giro a base de ocultar información y mostrarla en el momento adecuado. El problema es que oculta tanto que luego nada deja de sorprendernos, y ya nos esperamos alguna sorpresa aunque no sabemos exáctamente de donde vendrá.

De esta forma, Ledder se encomienda a un reparto eficaz, con un Morgan Freeman muy eficiente (no seré yo quien critique el hecho que últimamente se prodigue más en films comerciales que en los otros proyectos más arriesgados ya que al pobre ya le costó mucho llegar a la fama), y un Banderas que demuestra estar todavía en plena forma para escenas más físicas. El apartado técnico también es destacable y eficiente, manteniendo además un buen sentido del ritmo.

Sin embargo, pese a toda esta profesionalidad mostrada, y sin negar que se trata de un producto eficiente, eficaz y efectista, realmente no aporta gran cosa al tema, y su excesiva vocación de film comercial le perjudica a la hora de profundizar un poco más, y una vez expuesto el tema, el único recurso para mantener la tensión en el espectador es enseñarle lo menos posible y distraerle para después dar un giro, que no por inesperado es más sorprendente. Lo que queda es un film que se deja ver, correcto en todas sus facetas y poco más.