Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de manulynk:
8
Drama Don Birnam (Ray Milland) es un escritor fracasado a causa de su adicción al alcohol, adicción que lo ha destruido física y moralmente y lo ha convertido en un hombre desprovisto de voluntad. Con tal de seguir bebiendo es capaz de todo, incluso de robar. Tanto su novia (Jane Wyman) como su hermano intentan por todos los medios regenerarlo, pero sus esfuerzos parecen estériles. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atrevida historia para la época a la que Wilder aplicó ciertas dosis de realismo. Mucho más explícito su título original ("Fin de semana perdido"), el film nos cuenta los problemas de Don Birnam (Ray Milland), un escritor que busca la inspiración en el alcohol con resultados más bien poco alentadores y cuya dependencia no sólo está poniendo en peligro su carrera profesional sino su relación con su novia Helen (Jane Wayman). Para lo cual intentará desintoxicarse, no sin bastantes dificultades. Wilder, se sirvió de una estética más bien de cine negro (su anterior película fue la magistral "Perdición"), combinada con dosis de un realismo sucio y crudo, para ilustrar los problemas en primera persona del escritor, prácticamente único protagonista del film.

Es difícil encontrar aquí algo del sutil y cínico humor que caracterizó al director de orígen austríaco, ya que el film es de todo menos sutil, mostrando con una voluntad totalmente realista la degradación del protagonista en su relación de dependencia con el alcohol. Incluso en algunos momentos el film tiene ciertas dosis expresionistas. La historia, construida entre el propio Wilder y uno de sus mejores colaborades, Charles Brackett, no es nada contemplativa, mostrando a un hombre corriente, débil y totalmente sometido a la botella, quien pese a verse empujado al abismo, no consigue romper esa dependencia por sí solo. Wilder, fuera de su terreno (aunque el terreno de Wilder es el CINE con mayúsculas), nos ofrece un film diferente a lo que estaba acostumbrado el público hasta entonces.

De hecho, incluso en nuestros días, pocos se han atrevido a mostrar de una forma tan realista la relación de dependencia con respecto a algún vicio reconocido. Hasta entonces, la figura del borracho tenía en la mayor parte de las veces connotaciones cómicas (todos tenemos presente la típica imagen del borrachín que popularizó Ford), o bien de persona atormentada por un pasado traumático (se le reconocía un motivo y se toleraba).

Sin embargo, Wilder trató el tema del alcoholismo de cara, despojando a su protagonista de motivos que puedan resultar comprensibles al espectador (excepto por algunas referencias apenas sabemos gran cosa de Birnam salvo que es escritor y que tiene un problema con la bebida), y mostrándo su particular descenso a los infiernos etílicos, en una lucha desigual de resultado incierto.

El film es toda una bofetada (aunque un tanto edulcorada sobretodo en su tramo final) a la puritana e hipócrita sociedad norteamericana, que sólo un cineasta foráneo se hubiera atrevido a rodar. Se trata sin lugar a dudas de un film que podría estar a la altura de sus grandes e inmortales obras, pero que injustamente ha quedado relegado en olvido en medio de una deslumbrante filmografía en la que se suman grandes obras que han acabado oscureciendo esta ya de por sí, negra historia.
manulynk
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow