Hoy día ya no nos sorprendemos tanto cuando una série de televisión acaba dando el salto a la gran pantalla. Normalmente, los entendidos en cine hablan de falta de ideas manifiesta. Sin embargo, en esta ocasión, la adaptación a la gran pantalla de la serie de televisión “Sexo en NY”, se debe más a motivos puramente comerciales y de marketing. Varios hechos lo avalan.

En primer lugar, a diferencia de otras adaptaciones, en esta ocasión aparecen exactamente las mismas cuatro protagonistas de las series y sus respectivos compañeros, encabezados por la protagonista principal (y productora de la película), Sarah Jessica Parker, en su papel de la escritora y periodista Carrie Bradshaw, y secundada por Kim Cantrall (Samantha Jones), Kristin Davis (Charlotte York) y Cynthia Nixon (Miranda Hobbes).

De hecho el film, dirigido por Michael Patrick King, tras unos nostálgicos títulos de crédito iniciales, retoma la historia un par de años después de donde la dejo la série y durante más de dos horas asistimos a lo que se podría considerar como un capítulo alargado de la serie para mayor deleite de los fans.

Sin embargo, el film no es más que un larguísimo “collage” con la moda como tema principal. Toda la (banal y tópica) trama no es más que una excusa para mostrarnos un vestido detrás de otro, junto con su adecuado calzado, ensalzando por encima de todo el “glamour” del mundo de la moda. También es cierto que el film no tiene ninguna otra pretensión.

Si bien es cierto que en la serie también se aprovechaba para mostrar ese “glamour”, no lo es menos, que en los capítulos había una armazón argumental, que daba cancha a todos los personajes que intervenían. Sin embargo, en su salto a la gran pantalla se la ha despojado totalmente de contenido quedándose únicamente con la fachada. Además es descaradísimo el excesivo protagonismo de Sarah Jessica Parker por encima del resto, alguna incluso apenas tiene peso en el film. De todas formas, se trata de un film que sólo puede defraudar si se espera mucho de él.