El film, ambientado en los años 50, trata sobre la vida de diversos jóvenes inadaptados, al frente de los cuales está el mítico James Dean, interpretando a un joven cuya vida familiar le empuja a la calle y a la necesidad de realizar más de una imprudencia para conseguir la aceptación de un grupo de jóvenes.

Aunque Dean es el protaganista, el director, el gran Nicholas Ray planteó el film casi como unap película coral, aunque en realidad el film gira alrededor de tres personajes, el de Dean, el de Judy (Natalie Wood) y el de “Platón” (Sal Mineo), el resto acompaña, aunque la concepción de personaje secundaria tenía mucha más importancia que la que tienen las películas actuales (destacar dentro del reparto a un jovencísimo Dennis Hooper).

Si bien, en su su tiempo el film de Ray era tan actual, que hoy en día su discurso ha quedado desfasado, no así, sin embargo la fuerza sus imágenes, la lección de guión y de puesta en escena que construye un film profundo, denso, y con un mensaje implícito hacia el conocido como “american way of life”, y en especial hacia lo que se considera uno de los pilares de la sociedad norteramericana: la familia. A pesar del paso del tiempo, el film sigue siendo una buena película y un buen ejemplo sobre cómo se hacía cine antes.