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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
7
Drama El sargento James Gregory, un sudafricano blanco, fue el guardián que custodió a Nelson Mandela, desde su entrada en la prisión de Robben Island a finales de los 60 hasta su liberación en 1990. Durante 25 años, Gregory se ocupó de Mandela día tras día, supervisando sus visitas y su correo, pero sus ideas sobre el 'apartheid' fueron cambiando y poco a poco se convirtió también en su confidente. (FILMAFFINITY)
21 de junio de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El realizador Billie August, nos ofrece un film sobre la figura de Nelson Mandela, lider surafricano que estuvo prisionero durante la friolera de 27 años, a causa de sus ideas políticas y revolucionarias que predicaban la igualdad de derechos entre negros y blancos en un estado de mayoría negra pero con dominio de los blancos.

Sin embargo el acercamiento a la figura de Mandela (interpretado por Dennis Haysbert) no es directo, sino a través de su carcelero, James Gregory (Joseph Fiennes), elegido por las altas esferas grácias a su conocimientos del idioma materno de Mandelo, el xhosa, aprendido durante su niñez.

Sin embargo, en las escenas iniciales, cuando es destinado a Robben Island a vigilar de cerca a Mandela y sus colaboradores inmediatos, el personaje de Gregory deja bien claro su ideario político, en la línea con el régimen, al mismo tiempo que ve la cercanía a Mandela como una posibilidad de ascenso.

Sin embargo, su contacto diario con la persona, con el hombre (no con el mito), va erosionando esa capa de racismo inicial. August, sabiamente, ilustra ese cambio en dos momentos bien claros: cuando le tiene que comunicar la muerte de su hijo, y cuando lee por sí mismo la declaración del Congreso Nacional Africano, lo que se traduce en un acercamiento personal y político, de forma que con esas breves secuencias (y la de la lucha con los palos por ejemplo), encarrila dicho acercamiento, el cual se irá haciendo más patente a medida que Mandela va cambiando de prisión y se va suavizando paulatinamente su confinamiento.

Hay que agradecer que August, aunque factura una película con claras semejanzas a un telefilm (de alto nivel, pero telefilm a fin de cuentas), también se nota una voluntad de acercarse tanto a los escenarios reales como a los hechos históricos desde su encierro hasta su liberación. También es cierto que pasa un poco de puntillas sobre su vinculación a la violencia.

Pero con todo y con ello August nos ofrece una buena película, bien dirigida y que evita que caiga demasiado en el sentimentalismo facilón, con voluntariosas interpretaciones, tanto por parte de Joseph Fiennes como por parte de Dennis Haysbert.
manulynk
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