Tras una primera versión dirigida por Ang Lee, en la que se distanciaba notablemente de otros productos con super-héroes como protagonstas, que no acabó contentando ni a los productores ni sobretodo al público, aparece varios años después una nueva versión tan diferente que no se puede considerar como una segunda parte, ya que no queda nada de lo que nos ofreció Lee, y no hay ninguna referencia, como queda bastante claro en prólogo en el que claramente se rinde un homenaje al cómic de la marvel.

En esta ocasión, se ha recurrido a Louis Leterrier, conocido por su efectista trabajo en las dos partes de "Transporter", un director mucho menos personal que Ang Lee pero más útil para los propósitos de los productores. Con un reparto lleno de caras conocidas, encabezado por el camaleónico Edward Norton, y secundado por William Hurt, Liv Tyler, Tim Roth y Tim Blake Nelson, el film se centra en la figura de un Banner (Norton), escondido en Brasil e intentando controlar por todos los medios a la bestia que se esconde en su interior. Mientras, es buscado incansablemente por el ejército deseoso de utilizar lo que esconde Banner como un arma.

De hecho, se puede considerar como la única línea argumental del film, excesivamente supeditada a los efectos especiales, bastante conseguidos por otro lado, pero que aligeran y vacían considerablemente el relato, buscando la máxima espectacularidad posible, tratando por todos los medios realizar un film lo más parecido al cómic, algo que sin dudo parece impuesto por los responsables de la marvel, mucho más preocupados por realizar un film palomitero y espectacular (con alguna dosis de romance aunque con cuentagotas) que de dotar de algo de profundidad a las imágenes que vemos. Quizás por eso se explica su estreno en verano, más proclive a productos "ligeros" que no a realizaciones más "serias".