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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
5
Drama Drama centrado en los esfuerzos de John y Aileen Crowley por encontrar a algún investigador que encuentre una cura para sus dos hijos, aquejados de un raro desorden genético. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo buen productor sabe bien que añadir la coletilla "basado en hechos reales" implica un porcentaje de expectadores mayor del habitual. Si además consiguen convencer a algún actor mediático, el éxito en taquilla está asegurado siempre y cuando la historia le llegue dentro. El realizador Tom Vaughan juega sobre seguro al adaptar una historia basada en hechos reales sobre la lucha de un padre en busca de una cura para una cruel enfermedad infantil. Dicho de otra forma y simplificando: hechos reales y niños un binomio muy taquillero si se hacen bien las cosas. Para ello, Vaughan coloca a un Brendan Fraser con ganas de interpretar un papel dramático en el papel de padre, y a Harrison Ford en el de huraño científico que va tras la cura.

A partir de aquí, sólo hay que darle un plazo a unos de los hijos de Fraser que se va a agotando a medida que avanza el metraje, y resaltar las dificultades que deben superar los protagonistas para conseguir llegar a la meta propuesta, y ya tenemos un film típicamente americano: Padre de familia dispuesto a todo para curar a su hijo, médico de trato áspero pero de buen corazón, y turbias corporaciones que sólo les preocupa los beneficios que pueden obtener.

El film tiene una factura televisiva más que evidente, por más que intervengan dos estrellas de Hollywood (aunque ambas no estan precisamente en su mejor momento). El desarrollo de la historia es simple y lineal. Por otro lado, el tratamiento de las corporaciones farmaceúticas se podría considerar como "políticamente correcto". Es una lástima que el realizador no incida más precisamente en el proceso de la creación de una medicina. Un proceso, al que se ha dejado en manos de intereses privados que lógicamente buscan hacer negocio.

En definitiva, al final del camino (un final que lleva el sello "made in Hollywood"), resulta que todos siguen siendo exactamente iguales que al principio. Nadie evoluciona, nadie cambia, ni hay ninguna lección que aprender excepto la de un "buen americano" haciendo lo necesario para salvar a su familia. Fraser nos ofrece un registro voluntarioso, intentando que veamos en él a un actor de verdad. Por su parte Harrison Ford, se limita a aparecer con su rostro prácticamente inexpresivo, demostrando una vez más que su tiempo de gloria es cosa del pasado. Su nombre todavía puede atraer espectadores a las salas de cine pero apenas tiene carisma ni fuerza ante las cámaras. Tampoco ayuda un guión excesivamente plano, que encorseta a los dos protagonistas, y que impide al resto la sufienciente entidad como para hacerles sombra.

Esta película se podría definir perfectamente como "telefilm de fin de semana", o, como decimos aquí, "película para hacer la siesta después de una buena comilona". Desde luego no es este el film por el que seran recordados director o actores.
manulynk
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