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Voto de Sibila de Delfos:
7
Ciencia ficción. Aventuras. Fantástico. Acción Más de una década después de los acontecimientos de 'Avatar', los Na'vi Jake Sully, Neytiri y sus hijos viven en paz en los bosques de Pandora hasta que regresan los hombres del cielo. Entonces comienzan los problemas que persiguen sin descanso a la familia Sully, que decide hacer un gran sacrificio para mantener a su pueblo a salvo y seguir ellos con vida. (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2022
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Avatar, la primera, la original, la que nos introdujo de manera soberbia en el universo de Pandora, se le podrán criticar muchas cosas, pero no se le puede negar que cambió las reglas del juego en lo que se refiere a espectáculo y efectos visuales. También debería ser obvio, por lo menos para cualquiera que la mire sin prejuicios y sin una absurda superioridad moral, que, pese a su poco o nada original argumento (mezcla de Bailando con lobos con, sí, mucho de Pocahontas), es una película que emociona y consigue sus propósitos: epatar al espectador con imágenes nunca vistas, maravillarlo con un nuevo mundo cinematográfico, Pandora, y hacerlo uno con Jake Sully, Neytiri y los Omaticaya.
Estas virtudes, además, se pueden ver ahora mucho más claras al haberse estrenado por fin, tras trece años de espera, El sentido del agua, primera de las cuatro secuelas que James Cameron planea que existan de Avatar (por ahora, sólo está plenamente confirmada la siguiente; las otras dos dependerán del resultado comercial de estas películas). Porque El sentido del agua es una buena película, sin duda, dentro de sus parámetros. Es entretenida casi siempre (luego diremos cuándo no), cosa nada fácil teniendo en cuenta que se va a las tres horas de duración, tiene momentos de mucha emoción (especialmente los que tienen a la familia Sully como protagonistas: atención a lo que les ocurre como familia en determinado momento, y el efecto que tiene en el público que llena la sala) y, sobre todo, es algo jamás visto a nivel visual en la historia del cine. Ha merecido la pena esperar para ver semejante despliegue de técnica. Las escenas acuáticas son de una belleza de museo, algo sencillamente extraordinario que, por supuesto, hay que ver en pantalla grande. Los momentos en los que aparecen los tulkun, especialmente, son de las imágenes más hermosas que ha dado el cine en mucho, muchísimo tiempo. Además, la acción luce incluso mejor que en la película previa, y ahí es donde James Cameron luce todo su talento como ese gran innovador de la acción de la ciencia-ficción que ha sido siempre, desde Terminator. Además, el realizador de Titanic es un auténtico creador de mundos, quizás el único cien asta que podría haber rodado algo así. Algo que ya se intuía en Abyss, Titanic por supuesto, y que ha cristalizado en todos su esplendor en esta saga.
Sin embargo, todas estas virtudes, todas esas intenciones, quedan eclipsadas por algo que cualquier buen aficionado al cine sabe perfectamente desde hace años, y es que James Cameron puede ser y es un gran director, pero no es un gran guionista. La historia de El sentido del agua es más de lo mismo que su predecesora: un poco de guerra, un poco de familia, un mucho de Jake (acompañado esta vez por su familia) aprendiendo de otra cultura Na'Vi y, por desgracia, muchas cosas que no funcionan o que no se entienden. ¿Dónde ha quedado la motivación de los humanos para invadir Pandora? ¿Por qué no se menciona ni una sola vez el unobtanium, que era en la primera el gran objetivo de los hombres? ¿Por qué se pierde tanto, pero tantísimo tiempo en el aprendizaje de los Sully de las costumbres de los Metkayina? Hay demasiadas historias secundarias y demasiados personajes como para que el guion les pueda prestar la debida atención, y muchos de ellos quedan descolgados del conjunto, bien porque apenas tienen tiempo de desarrollo (caso de Neteyam, Tuk, Ronal, Monowari) o bien porque sencillamente su trama no funciona (caso de Spider, ese personaje mezcla de Tarzán y Mowgli que además cae tan poco simpático y resulta tan poco carismático). Por contra, está claro que Lo'Ak y Kiri van a ser personajes importantes en la franquicia, como ya lo son ahora, y que la conexión entre esta última con Grace tendrá que ser explicada más adelante.
Hay otras cosas que, además, duelen al fan de Avatar, como la nula importancia de los Omaticaya en esta película, incluida Mo'At, el olvido al que son sometidos (la decisión final de la familia...), o la prácticamente testimonial presencia de Norm y Max. Selfridge, por su parte, queda reducido prácticamente a un cameo. Sinceramente, lo más preocupante de El sentido del agua es que da que pensar sobre qué va a querer contar Cameron en las películas que quedan. Si en esta ya ha empezado a repetirse y a flaquear, mal vamos. Ojalá se decida a recuperar la tierra de los Omaticaya y su civilización como foco, aunque sigamos viendo a los clanes del agua. Al final, esta es una historia, como queda muy claro en esta película, de padres e hijos, de familias, de la dificultad de cumplir con las expectativas (reales o autoimpuestas) de la sangre, y de dos hombres, Jake y Quaritch, que son némesis el uno del otro, pero también son padres intentando comunicarse mejor con sus hijos y ponerlos a salvo.
El espectáculo visual del año, de la década y quizás de la historia del cine, pero en modo alguno una de las mejores películas del año y, sobre todo, muy inferior a su predecesora.

Lo mejor: Su belleza visual. Un espectáculo sencillamente apabullante. Y la conexión emocional que sigue habiendo entre Jake, Neytiri (y sus hijos) y el espectador.
Lo peor: La emotividad brilla por su ausencia, la historia es repetitiva y le sobra metraje por todas partes en el segmento del aprendizaje de la familia con los Metkayina.
Sibila de Delfos
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