Hay películas que son peores de lo que deberían por exceso de metraje. y luego hay otras que sufren el problema contrario, que son tan cortas que pierden calidad por ello, porque no dejan respirar a sus perosnajes, atropellan la acción y acumulan personajes que sobran. Los girasoles ciegos es una de esas películas.
La cinta de José Luis Cuerda dura sólo una hora y media escasa, y éso lastra unos personajes maniqueos aunque muy humanos. en ningún momento la historia consigue emocionar por sí sola, y cuando lo hace, es gracias a la interpretación de los actores: Maribel Verdú, extraordinaria en esa especie de resurrección que le sirvió en bandeja guillermo del toro; Raúl Arévalo, desde ya un clase A del cine español; Javier Cámara, todo un clase A desde Hable con ella; un encantador Roger Príncep; un comedido José Ángel Egido y, por qué no, un David Janer pre-Águila Roja y con un parecido físico asombroso con Cary Elwes en El libro de la selva.

Lo mejor: Los actores
Lo peor: Es una película desaprovechada