No cabe la menor duda de que el entusiasmo que ha despertado Infinity War es comprensible.
Hay que aplaudir a los hermanos Russo no sólo el espectáculo visual apabullante y definitivo que han puesto en pantalla, sino también que hayan encontrado la manera de dar a todos los personajes (y nunca ha habido tantos) su peso, sus minutos en pantalla y su importancia. Es, en una palabra, una película ejemplar que sin duda va a pasar a los anales del cine de superhéroes.
Para quien esto firma, lo mejor son las apariciones de los Guardianes de la Galaxia, de lejos lo mejor y lo más divertido que ha parido Marvel en toda su historia.
Monumental, mastodóntica en el buen sentido y fantástica.