La peor persona del mundo es un regalo.
Lo que ha conseguido Joachim Trier es uno de los mejores retratos de la vida adulta. O, más bien, del paso definitivo de una treintañera a la vida adulta, con todo lo que esto conlleva. Julie es esa amiga nuestra, o esa hermana, o esa compañera de trabajo, o quizás somos nosotros mismos, navegando con dificultad, con dudas y con vacilaciones en relaciones sentimentales, proyectos laborales y dilemas familiares de la mejor manera posible. Pese al título, no, Julie no es ninguna mala persona. Sólo es alguien que no tiene las cosas demasiado claras y que resulta tremendamente humana en sus dudas y conflictos. Enorme sabiduría y, sobre todo, enorme humanidad las que desprende el guion de Trier y Eskil Vogt.
Además, ahí está una excepcional Renate Reinsve, a la cabeza de un reparto inmaculado, clavando cada mirada, cada inflexión de voz, cada gesto, y convirtiendo a Julie en uno de los personajes más cercanos de los últimos tiempos, estemos o no de acuerdo con sus decisiones y palabras.
Excepcional. Una de las mejores cintas de 2021.

Lo mejor: Su sinceridad y sabiduría, y la excepcional interpretación de Renate Reinsve.
Lo peor: El ritmo es algo irregular.